La mirada del monstruo. Apuntes para un bestiario fememinodel arte antiguo a la modernidad de Goya y su tiempo

  1. Jiménez Calvo, Susana
Zuzendaria:
  1. Manuel Barbero Richart Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2022(e)ko martxoa-(a)k 04

Epaimahaia:
  1. Noemí Avila Valdés Presidentea
  2. María del Mar Cuevas Riaño Idazkaria
  3. Marina Núñez Jiménez Kidea
  4. Inmaculada López Vílchez Kidea
  5. Silvia Hernández Muñoz Kidea
Saila:
  1. Dibujo y Grabado

Mota: Tesia

Laburpena

INTRODUCCIÓN/MOTIVACIÓN La antinomia atracción-rechazo es un rasgo característico del monstruo que estimuló nuestro estudio. Entidad intersticial que desborda los límites para ofrecer el patrón del diferente, la alteridad que nos construye como "normales" se postula como herramienta ontológica de primer orden: propone modelos a evitar, pero también un atisbo de lo que podría ser, cuestionando toda certeza. La investigación aborda un estudio iconográfico y simbólico del monstruo femenino, más allá de un arquetipo exclusivo. La investigación profundiza los trasvases entre texto e imagen dentro y fuera de la "ficción", para abordar cuestiones relativas al papel del monstruo y la mujer, principalmente en el ámbito occidental y europeo. Apostamos por multiplicar los puntos de vista; analizar sus deseos y temores, sus estrategias de asalto, su mirada y la nuestra. La cronología comprende desde la Antigüedad hasta el ámbito de Goya, que lo sospecha como producto y sueño de la razón. Se estudia la universalidad y pervivencia del mito, sus ramificaciones en el arte moderno y contemporáneo. DESARROLLO Los objetivos se centran en localizar el origen del monstruo femenino; el foco del mal en la femineidad. Analizar las formas persistentes del bestiario (Mujeres serpiente, Esfinges, Brujas, Sirenas, Medusas, Vampiras, Amazonas y Bacantes); Profundizar en la funcionalidad recurriendo a "razones" psicológicas ¿miedo al diferente, la muerte y las miserias del Yo¿, deseos inconfesables, egos en forma de comparativa exitosa y un utilitarismo que justifica sometimiento y castigo excusado en el bien común. Buscamos interferencias entre la evolución conceptual del monstruo y el devenir de las mujeres; una estigmatización que las aleja del poder y la elaboración del discurso. Cedemos en lo posible la palabra y la mirada a ese binomio doblemente excluido, marcado como víctima y verdugo, pues culpa y advertencia merodean su figura. Sus fuentes, apariencia y rasgos comportamentales se entrecruzan prototipando a la mujer como anomalía y monstruo desde un discurso que la suscribe a la inferioridad y el mal, culpabilizándola de todos los desastres del hombre y la humanidad. Signos y comportamientos "peligrosos" cortan las vías de comunicación hacia "Ella": el monstruo femenino es acusado de fascinar con sus ojos, embaucar con su lengua, la belleza y el placer. Se incide en su vacuidad, su dependencia parasitaria de una sociedad organizada por y para el varón. La negación del deseo, el silencio y el control del cuerpo cosifican y aíslan al monstruo-mujer, que no debe interponer sus ojos, su voz o sus anhelos a los del sujeto hegemónico. CONCLUSIONES La mirada del monstruo oscila entre la curiosidad, el hambre y el horror. Como herramienta posibilita el conocimiento; su activación lo convierte en sujeto, su acecho lo libera. El intercambio visual oscila entre la observación unidireccional, la mirada de soslayo y el confronto directo dibujado entre Edipo y la Esfinge. Un rito de paso que culmina en reconocimiento, saludando apropiaciones insólitas en forma de autorretrato exutorio. Recuperadas por la modernidad, sus avatares se analizan bajo la perspectiva de género como modelos de adoctrinamiento y represión, también como ejemplos de disidencia que abren la puerta a una sociedad más diversa y ecuánime, implicada en la reintegración del Yo y lo mío en el bienestar de los demás. El monstruo femenino subraya el tráfico entre imaginario y real; asalta las dicotomías que han escindido hombre y naturaleza (pues "mujer" se asocia a la animalidad, lo salvaje e infrahumano), espíritu y materia, la razón de las pasiones... Falacias que reclaman una profunda revisión y requieren de insurgentes: nuestros amados, buscados y temidos monstruos.