Estudio comparativo de estructuras unitarias sobre implantes atornilladas en relación con el material y la técnica de confección

  1. Molinero Mourelle, Pedro
Zuzendaria:
  1. Jaime del Río Highsmith Zuzendaria
  2. Edmond H. N. Pow Zuzendaria
  3. Miguel Angel Gómez Polo Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2021(e)ko abendua-(a)k 21

Epaimahaia:
  1. Juan López-Quiles Martínez Presidentea
  2. Marta Romeo Rubio Idazkaria
  3. Laura Godoy Ruiz Kidea
  4. Isabel Moreno Hay Kidea
  5. Juan Manuel Vadillo Martín Kidea
Saila:
  1. Odontología Conservadora y Prótesis

Mota: Tesia

Laburpena

La conexión implante-pilar puede considerarse una zona crucial en la prótesis sobre implantes, ya que la falta de ajuste puede crear microgaps o microfiltraciones que conducen a complicaciones técnicas o biológicas. La evidencia científica sobre la influencia del técnica y material de fabricación en el ajuste es aún escasa. No existe diferencia en el microgap, en la microfiltración marginal o bacteriana entre implantes y pilares de Cromo-Cobalto fresados (control), colados, sinterizados y de óxido de circonio mecanizado. El objetivo de este estudio in vitro fue evaluar y comparar los microgaps en la interfaz implante-pilar cuando se utilizaron pilares de Circona (Zr) y de Cromo-Cobalto (Cr-Co) confeccionados por Computer Aided Design/ Computer Aided Manufacturing (CAD/CAM) o colados. Sesenta y cuatro implantes de conexión cónica con sus respectivos pilares se dividieron en cuatro grupos (Cr-Co (fresado, sinterizado por láser y colados) y Circona (fresado)). Los pilares fueron sometidos a una simulación de masticación (300.000 ciclos, bajo cargas de 200 N a 2 Hz en un ángulo de 30°) y termociclado (10.000 ciclos, 5 a 50°C, tiempo de permanencia 55 s). Posteriormente el microgap entre implante-pilar se midió 14 veces en cada uno de los cuatro aspectos anatómicos de cada muestra mediante el uso de un microscopio electrónico de barrido (MEB). Las muestras fueron sumergidas en una solución de azul de metileno al 0,2% con Porphyromonas Gingivalis durante 48 horas y la microfiltración marginal se midió con un microscopio óptico y mediante aislamiento del ADN bacteriano con una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para las muestras con microfiltración positiva. Para el análisis del microgap se utilizaron las pruebas de Kruskal-Wallis y comparación por pares para analizar los datos (Alfa = 0.05). Se utilizaron la prueba de Chi-cuadrado para analizar la microfiltración marginal, la evaluación microbiológica se basó en unidades formadoras de colonias (UFC) y se compararon los grupos mediante la prueba de U de Mann-Whitney (Alfa = 0.05). El análisis con MEB reveló el microgap más favorable en los pilares fresados de Cr-Co (0,69 - 8,39 micras) seguidos de los pilares de Zr (0,12 - 6,57 micras), Cr-Co sinterizado (7,31 - 25,7 micras) y Cr-Co colado (1,68 - 85,97 micras). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre fresado y colado, entre fresado y sinterizado por láser, y entre Zr y colado y sinterizado por láser (p menor que 0,05). Treinta muestras presentaron algún grado de microfiltración, a las cuales se les realizó una PCR. Siete muestras (1 Cr-Co sinterizado y 6 coladas) estuvieron por debajo del límite de detección (menor que 100 UFC). El recuento más bajo se produjo en el grupo de Cr-Co fresado (5.17E+02 UFC/ml), seguido por Zr (7,70E+03 UFC/ml). El grupo Cr Co colado (9.39E+03 UFC/ml) y el sinterizado (2.4E+05 UFC/ml) obtuvieron los recuentos más altos. La comparación se realizó entre los grupos colado y sinterizado ya que los restantes solo presentaron microfiltración en una muestra respectivamente. La prueba de Kruskal-Wallis mostró diferencias estadísticamente significativas entre el Cr Co colado y el fresado (p menor que 0.05). El material y la técnica de fabricación del pilar afectaron la magnitud de los microgaps entre implante-pilar. El Zr y el Cr-Co fresados presentaron los valores más favorables. A pesar de ello, todos los grupos evaluados tenían microgaps dentro de un rango de 10 a 150 micras. El material y la técnica de fabricación del pilar afectaron al grado de microfiltración marginal y bacteriana, siendo los grupos de Zr y el Cr-Co fresados los que presentaron los valores más favorables.