Libertad, relacionalidad y naturaleza de la personaun diálogo desde Robert Spaemann con el construccionismo social

  1. Gonzalez Hincapie, Viviana
Dirigida por:
  1. Javier Zamora Bonilla Director
  2. Joaquín Abellán García Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 26 de noviembre de 2021

Tribunal:
  1. Leonardo Rodríguez Duplá Presidente
  2. María Benita Benéitez Romero Secretaria
  3. Ana Marta González González Vocal
  4. Rémi Brague Vocal
  5. Benigno Pendás García Vocal
Departamento:
  1. Historia, Teorías y Geografía Políticas

Tipo: Tesis

Resumen

Este trabajo plantea un diálogo interdisciplinar entre las aportaciones del filósofo alemán contemporáneo Robert Spaemann y el construccionismo social, en torno a la libertad y la naturaleza de la persona. El objetivo ha sido abordar los retos y las contradicciones que plantea la dialéctica moderna entre naturaleza y libertad, presente en el construccionismo social, en relación a la persona y a la fundamentación de la vida en común. Lo hemos hecho mediante una discusión propia de los temas abordados, a partir de las contribuciones del filósofo alemán. La pregunta por la consideración de la naturaleza del ser humano y la libertad en la obra de dos autores paradigmáticos del construccionismo social en la segunda mitad del siglo XX ¿Peter Berger y Michel Foucault¿, constituye el punto de partida de esta investigación. Mientras que el construccionismo social débil de Berger reduce la naturaleza a un sustrato biológico meramente inicial, pero carente de significado, el construccionismo social fuerte de signo foucaultiano le sustrae toda validez en el ámbito de lo humano. Ambos autores plantean la libertad en términos emancipatorios. La sustracción de validez de la naturaleza y la consideración emancipatoria de la libertad presentes en el construccionismo social, constituyen el reflejo de la dialéctica moderna fundamental entre naturaleza y libertad, naturalismo y espiritualismo, que Spaemann considera característica de nuestra época, y en cuyo origen estarían el abandono de una consideración teleológica de naturaleza y el auge de un concepto emancipatorio de libertad. Esta dialéctica rupturista no permite dar cuenta de la persona en las tensiones que la constituyen, sino que oscila entre posturas naturalistas o espiritualistas, aparentemente excluyentes, pero que en el fondo, se copertenecen. Desde esta consideración abstracta y absoluta de libertad, el ser humano buscaría emanciparse de los límites de su propia naturaleza corporal, encarnada; de aquellos trazados por el entorno natural en el que habita, y de los vínculos procedentes de la naturalidad indirecta de la razón y de toda forma de normalidad. Las consecuencias y contradicciones que esto trae consigo no sólo impiden dar cuenta de lo que sea la persona, sino que suponen un cuestionamiento radical de la vida en común. Frente a esto, se plantea una discusión propia de la consideración spaemanniana de la persona como aquella que tiene una naturaleza, pero que es más que su naturaleza, y que ocupa un lugar único en el espacio de relaciones de la comunidad humana. La centralidad de la relacionalidad como elemento constitutivo de la persona ¿que sólo puede ser persona en relación con su propia naturaleza y con el otro¿ nos ha permitido plantear que frente a una noción emancipatoria radical de libertad, una libertad plenamente humana se constituye como libertad en relación. Asimismo, la persona sólo dispone de una tierra común, un oikos común, como esfera común irrenunciable para toda la comunidad humana. Esto apuntaría a la existencia de un horizonte de generalidad compartida, un bien común en sus dimensiones ecológica y personal-relacional. Sólo mediante la afirmación del bien que constituyen las personas en sí mismas, que se comunica y actualiza en la relacionalidad de un amor básico de amistad, y que no puede desligarse del reconocimiento del bien que constituye el oikos común, puede la comunidad política constituirse como comunidad de personas. Poniendo de manifiesto la convergencia de las dimensiones ecológica y personal-relacional como sustrato del bien común en el que se asienta la comunidad política, el horizonte de esta investigación apunta hacia una ecología humana relacional, en la que todo intento por repensar la relación con el oikos común no puede desligarse del reconocimiento de la naturaleza de la persona. Éste sólo puede darse mediante una libertad en relación: libertad en la relacionalidad personal del amor.