Cosmovisión y antropología de San José de Calasanz. Presupuestos para la comprensión de su pedagogía

  1. MINGUET CIVERA, TOMÁS
Dirigida por:
  1. Juan Escámez Sánchez Director/a
  2. Aurelio González Bertolín Director/a

Universidad de defensa: Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir

Fecha de defensa: 20 de septiembre de 2016

Tribunal:
  1. Gonzalo Jover Olmeda Presidente
  2. Gabriel Martínez Rico Secretario/a
  3. Ramón Mínguez Vallejos Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 436855 DIALNET

Resumen

Con la presente tesis se pretende explicitar y exponer filosóficamente las claves fundamentales del pensamiento del eminente pedagogo san José de Calasanz (1557-1648), es decir su cosmovisión, con una atención especial a su pensamiento antropológico. Estamos, pues, ante un trabajo sobre un aspecto poco estudiado de la filosofía de un autor ya conocido; su carácter es multidisciplinar, pues ¬‒en diálogo con la teología‒ bebe de la antropología filosófica, la metafísica realista y la historia de la pedagogía. ¿Por qué investigar la cosmovisión y la antropología de un autor reconocido por su labor pedagógica? Porque toda labor educativa que trate de formar hombres va acompañada de una determinada concepción del hombre; ésta, a su vez, es parte orgánica de una imagen global del mundo. La comprensión de la pedagogía calasancia demanda, por tanto, el estudio de la antropología y la metafísica que la sostienen. Con estos objetivos, la tesis se articula en tres capítulos. El primero, Cuestiones preliminares, está consagrado a presentar la “hoja de ruta” de la investigación que se ha llevado a cabo: objetivos, metodología y fuentes. En este capítulo ocupa un lugar importante la justificación y descripción del método de investigación elegido: la filosofía y hermenéutica del filósofo alemán Josef Pieper. Desde ésta, el camino que se ha seguido ha sido el siguiente: Por un lado se ha acudido a todas las fuentes originales de san José de Calasanz (Epistolario, Constituciones, Reglamentos escolares, etc...), atendiendo especialmente a cómo habla de su idea del mundo y del ser humano y a qué quiere decir sobre ambos temas, y atendiendo también a los momentos más críticos y cruciales de su vida. Por otro lado, se ha fijado la atención en las acciones e instituciones que hace o propone hacer para acompañar, relacionarse, educar... a las personas con las que se relaciona y consigo mismo. En esta lectura y reflexión se ha tenido en cuenta las siguientes claves hermenéuticas y de sentido: atención al contexto histórico (con recurso a los libros comunmente señalados como referenciales en la época que nos ocupa), al uso del lenguaje (con el recurso a autores contemporáneos de Calasanz) y al contexto teológico, espiritual, filosófico y cultural (especialmente al Concilio de Trento y a santo Tomás de Aquino). Para el acercamiento a este contexto ha sido también muy utilizada, y por tanto en un segundo sentido, la obra de Josef Pieper; él se encuentra entre los más destacados estudiosos contemporáneos del pensamiento de santo Tomás de Aquino y del pensamiento occidental. El horizonte de toda esta andadura, en coherencia con la postura pieperiana, ha sido intentar captar la idea que Calasanz tuvo del cosmos y del ser humano. Y expresarlo hoy. Pero no desde nuestras categorías de pensamiento o haciendo una aplicación a nuestro hoy de su pensamiento, sino de modo que hoy nosotros podamos comprender con nuestras categorías de pensamiento lo que él quiso decir y vivir. Se ha huído, por tanto, en la medida de lo posible, de filtrar la comprensión cosmológica y antropológica de Calasanz con nuestras claves de pensamiento, haciendo de éstas el “juez” ‒valga la expresión‒ de lo que es verdadero o falso, acertado o inconveniente, de su pensamiento. Se tratado más bien ‒como se ha señalado‒ expresar lo que él entendía de modo que nosotros comprendamos esa verdad. El segundo capítulo es la exposición de las claves del pensamiento de Calasanz ‒su idea del mundo o cosmovisión‒, telón de fondo sin el que su antropología quedaría desubicada. El capítulo busca pergeñar las claves esenciales de su pensamiento, no una cosmovisión completa (si esto fuera posible). Estas claves son: la epistemología de Calasanz (expresión y consecuencia de una metafísica del ser), su imagen de Dios, su comprensión de la historia, y el lugar del hombre dentro de su cosmovisión. El tercer y gran capítulo versa, por tanto, sobre la antropología calasancia, sistematizada y explicada desde las claves hermenéuticas del primer capítulo y en conexión íntima con la cosmovisión esbozada en el segundo. El capítulo pivota sobre las grandes cuestiones antropológicas a las que suele atender todo discurso filosófico y teológico, y que se resumen en la gran pregunta “¿qué es el hombre?, ¿quién es?”. Sus apartados son, entre otros: la estructura del ser humano, su condición histórica, la imagen de hombre logrado, su fin, su educabilidad o el significado y características de la infancia. Entre las conclusiones a las que se ha llegado con la presente investigación están que: 1) San José de Calasanz tuvo una cosmovisión amplia y coherente, informada por su fe católica, y una antropología estrechamante vinculada con ellas; de ambas dimana la pedagogía que ideó y practicó; 2) La cosmovisión de Calasanz incluyó una epistemología, una imagen de Dios que determina la percepción y valoración de toda realidad, una antropología y una concepción concreta de la historia; 3) Calasanz entendió la capacidad humana de conocer (epistemología) en conexión con la metafísica realista ‒la que fundamentó y sistematizó santo Tomás de Aquino‒ y fue parte esencial de su antropología; 4) La idea que Calasanz tuvo de Dios determinó su modo de entender y de valorar la realidad. Esta idea de Dios correspondía con los principios doctrinales y espirituales de la Iglesia Católica, a la vez que tuvo una clara aplicación existencial e intelectual en su vida; 5) La concepción de la historia de Calasanz fue lineal, como un tiempo breve, valioso y dramático que se encamina, tras un juicio por parte de Dios en base a las obras, a un destino eterno de gloria y descanso o de pena y castigo. Según este modo de entender la historia, Calasanz se situó en la vida (y así educó a otras personas) como un peregrino, como un combatiente y como alguien al servicio de la gloria de Dios y de la utilidad del prójimo; 6) Dentro de su cosmovisión, el ser humano ocupó un puesto singular lleno de implicaciones: creatura de Dios y creado“a imagen y semejanza de Dios”; 7) Es posible acceder y sistematizar la antropología de san José de Calasanz a pesar de que él no la expuso in extenso en ninguno de sus escritos, gracias a la tradición en la que se sitúa y a las otras fuentes que tenemos para acceder a su pensamiento; 8) La antropología calasancia integra como datos fundamentales: la consideración de que el ser humano es una unidad de cuerpo y alma, que ha sido creado por Dios para la bienaventuranza eterna (visión y unión con Dios), las doctrinas del pecado original y de la justificación; una imagen concreta de hombre pleno, bueno y justo, desarrollada en la llamada doctrina de las virtudes y que se articula en torno a las tres virtudes teologales o infusas (fe, esperanza y caridad) y las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza); la creencia y confianza en que el hombre es, per se, educable, es decir, que necesita y puede ser educado para poder llegar a ser lo que está llamado a ser; 9) Dentro de su antropología, Calasanz desarrolló una imagen amplia y singular de la infancia, imagen que ‒por el especial compromiso que adquirió con ella, y en coherente conexión con su cosmovisión y antropología‒ no deja de ser sugerente y fructífera para los siglos posteriores.