Helvética. Identidad visual y neutralidad tipográfica
- Serrano Sanz, Luis Fernando
- Evangelina García Montero Director/a
Universidad de defensa: Universidad Camilo José Cela
Fecha de defensa: 25 de junio de 2015
- Francisco Cabezuelo-Lorenzo Presidente
- Max Römer Secretario/a
- Sergio Mena Muñoz Vocal
- Noelia Báscones Reina Vocal
- Carlos Navarro Gutiérrez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Helvética. Neutralidad tipográfica e identidad visual corporativa. La tipografía es capaz, en sí misma, de comunicar ideas, sentimientos o emociones independientemente de lo que digan las palabras con ella compuestas; un texto similar, escrito con diferentes fuentes, puede producir diferentes sensaciones. La investigación realizada hasta el momento ha estado orientada a identificar los rasgos de personalidad atribuidos a las diferentes tipografías y también a evaluar el grado de adecuación entre una fuente tipográfica determinada y una marca comercial o una gama concreta de productos. Una tipografía podría encarnar de forma óptima los valores de un producto o una marca, pero resultar una elección nefasta en otros sectores o en otras marcas. La idea de objetividad o de neutralidad tipográfica podría definirse como la ausencia de valores expresivos intrínsecos a la propia letra o como la capacidad de una fuente tipográfica para no contaminar o interferir el fondo del mensaje con un mensaje paralelo transmitido por las formas de las letras con las que esas palabras fueron compuestas. En Suiza, en la década de los 50, se dieron todas las circunstancias favorables para la creación de esa tipografía neutra y objetiva que hasta el momento sólo se había planteado de una manera teórica. Helvética, la letra considerada generalmente como la gran aportación de la nueva tipografía suiza, diseñada por Max Miedinger en 1957, es, con toda probabilidad, la fuente tipográfica más visible en cualquier lugar del planeta. La razón principal de la ubicuidad de Helvética es su éxito en la identidad visual de un número extraordinario de marcas. Creemos que la abrumadora presencia de Helvética en nuestras vidas nos permite vislumbrar la existencia de un fenómeno de uso masivo de la fuente. Entendemos que las razones de esta amplísima utilización de la tipografía hay que buscarlas en el carácter neutral de Helvética proclamado por sus creadores y por los ideólogos del movimiento de la Nueva Tipografía Suiza, pero nunca hasta ahora abordado de una forma empírica. Por ello, la hipótesis del presente trabajo es que Helvética, la fuente tipográfica creada por Max Miedinger en 1957, es la más neutra de las tipografías. A partir de ello, el primer objetivo de la presente investigación sería: 1. Cuantificar el número de marcas comerciales, instituciones públicas y organizaciones de todo tipo que utilizan alguna variante de Helvética en su identidad visual corporativa. 1.1. Cuantificar la presencia de Helvética en cada uno de los diferentes sectores del mercado. Puesto que entendemos que la percepción de Helvética como una fuente neutra es la condición necesaria para su uso masivo en identidad visual, nuestro segundo objetivo sería: 2. Analizar el grado de neutralidad de Helvética y de otras nueve fuentes estudiadas. Dado que entendemos que estos rasgos de personalidad pueden ser observados y medidos, el correspondiente subobjetivo es: 2.1. Analizar la personalidad de Helvética y de otras nueve fuentes usadas habitualmente en el ámbito del diseño gráfico y la identidad visual para poder trazar perfiles de personalidad de cada una de ellas. La primera parte del trabajo de campo documenta la existencia de un gran número de marcas que utilizan alguna variante de Helvética en su identidad visual corporativa. El número de marcas en las que hemos detectado la presencia de Helvética asciende a 213. En la segunda parte, hemos diseñado un cuestionario para medir el grado de neutralidad de las fuentes tipográficas utilizando para ello un instrumento clásico de la psicología neoconductista: el diferencial semántico de Osgood. En el cuestionario se ha pedido a los encuestados que evalúen diez diferentes fuentes tipográficas en siete diferentes escalas: Pasividad vs. Actividad, Masculinidad vs. Feminidad, Debilidad vs. Fortaleza, Modernidad vs. Antigüedad, Formalidad vs. Informalidad, Simplicidad vs. Complejidad y Suavidad vs. Aspereza. Las fuentes analizadas, además de Helvética, son las siguientes: Bodoni, Cooper Black, Garamond, Rockwell, Óptima, Gill Sans, Futura, Potsdam y Ligthouse. A los encuestados se les ha pedido que valoraran cada una de las tipografías en una escala con siete posible puntuaciones desde -3 a 3. Entendemos que la neutralidad estará definida por una situación cercana al valor cero en todas o al menos en la mayor parte de estas variables, y afirmamos que esta neutralidad debería ser superior en Helvética que en el resto de las fuentes analizadas. Hemos desarrollado el índice de neutralidad general a partir de los diferentes rasgos que utilizamos para definir la personalidad de una tipografía. Para ello calculamos el porcentaje del valor neutro (0) obtenido en cada variable y calculamos después la media de estos porcentajes en las siete variables. Elaboramos así un promedio de neutralidad de las diferentes fuentes estudiadas. Helvética, con un índice de neutralidad media del 38,1%, alcanza el mayor grado de neutralidad entre todas las tipografías estudiadas. En el otro extremo está Potsdam, que con un índice de neutralidad media del 11,7%, es percibida como la menos neutral de las diez fuentes examinadas. Además, si el análisis de las frecuencias nos permitía conocer el grado de neutralidad de cada una de las tipografías estudiadas, el examen de las medias en cada una de las variables nos ha permitido trazar un perfil de la personalidad de cada una de las fuentes. Se tratará, en definitiva, de saber si una fuente es percibida como suave o como áspera o si es asociada al sexo masculino o al femenino, etc... Helvética resulta ser una fuente alejada de los extremos en todas y cada una de la escalas. De hecho no llega a alcanzar una media de 1 ó -1 en ninguna de las ellas. Helvética es percibida como una fuente moderadamente activa, moderadamente fuerte y más simple que compleja, pero en el resto de las escalas sus valores están tan próximos a cero que podríamos afirmar que se trata de una fuente que se percibe como rotundamente neutra en las escalas de masculinidad vs. femineidad, modernidad vs. antigüedad, formalidad vs. informalidad y suavidad vs. aspereza. Habíamos afirmado como hipótesis que Helvética alcanza los mayores valores de neutralidad tal y como anunciaron en su momento su creador y los ideólogos de movimiento del nuevo diseño tipográfico suizo. Entendemos que la hipótesis ha quedado plenamente demostrada. Por una parte, la presencia de Helvética en 213 marcas nos permite dejar meridianamente clara la ubicuidad de la fuente en el ámbito de la identidad visual de las marcas. Además, tal y como preveíamos, Helvética con un índice de neutralidad media del 38,1%, ha alcanzado el mayor grado de neutralidad percibida entre todas las tipografías estudiadas. Por todo ello, creemos que queda demostrado de una manera empírica aquello que los ideólogos del nuevo diseño tipográfico suizo habían proclamado de una manera puramente teórica cuando afirmaron haber desarrollado una fuente tipográfica a partir del ideal de la máxima neutralidad. Una fuente universal, ideológicamente opuesta a los viejos alfabetos de raíz étnica. Una única fuente neutra y objetiva, útil para acometer cualquiera de los posibles retos a los que se enfrenta el diseñador gráfico.