La propaganda política constitucionalista durante la Revolución Mexicana(Diciembre de 1914 - Julio de 1915)

  1. Figueroa Daza, Jaime Eduardo
Dirigida por:
  1. Miguel Vázquez Liñán Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 20 de diciembre de 2010

Tribunal:
  1. Alejandro Pizarroso Quintero Presidente
  2. Pablo Sapag Muñoz de la Peña Secretario
  3. Francisco Sierra Caballero Vocal
  4. José Jesús Hernández Palomo Vocal
  5. Carmen Espejo-Cala Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 302281 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

La investigación que desarrollamos tiene como marco de referencia la Revolución Mexicana, proceso fundamental que cambió la historia del país, cuyo origen inmediato hay que buscarlo en diversos acontecimientos previos a 1910, durante el mandato de Porfirio Día ... z. El dictador impuso “la paz política, el orden y el progreso” a base de represión; así, las penas máximas contra la delincuencia, las persecuciones y el exilio a los periodistas opositores, las deportaciones de los indígenas revoltosos (principalmente mayos, yaquis y mayas) y el exterminio de los habitantes de Tomóchic, Chihuahua, fueron parte de la respuesta a quienes se atrevieron a violentar la paz y el orden porfiriano.El progreso económico, sustentado en las grandes inversiones extranjeras (favorecidas por una legislación que permitía la explotación de la tierra, del subsuelo y de los trabajadores) no trajo la mejora para la mayoría de los mexicanos; más bien logró su empobrecimiento extremo aunque, paralelamente, posibilitó la consolidación de una incipiente clase media que, junto al sector pudiente, liderado por Francisco I. Madero, enfrentó a la administración porfirista y logró su derrocamiento en mayo de 1911.A partir de que Madero asumió el cargo presidencial, en noviembre de 1911, los caldeados ánimos de la población no se calmaron; todo lo contrario, fueron exacerbados por los líderes opositores al nuevo mandatario para continuar la lucha intestina por el poder.El enfrentamiento armado continuó y, en febrero de 1913, Francisco I. Madero y su vicepresidente (José María Pino Suárez) fueron asesinados casi al mismo tiempo en que Victoriano Huerta, conocido a la postre como “el asesino intelectual”, asume la primera magistratura. Entonces, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, se opone a quien llama “el usurpador” y, con la aprobación del Congreso de su Estado, conforma el Ejército Constitucionalista, del que se convierte en Primer Jefe, con la misión principal de restablecer el orden constitucional violentado por el golpe de Estado huertista. Tras la derrota de Huerta, Francisco Villa y Emiliano Zapata pasarán a ser los nuevos enemigos del constitucionalismo al declararse en contra del gobierno impuesto por el Primer Jefe, en agosto de 1914.México ve iniciarse, entonces, una etapa presidida por caudillos militares, héroes construidos en mayor o menor medida, líderes e impostores que, empuñando las armas, prometían la pacificación; fue una época de enfrentamiento enardecido entre viejos rivales como conservadores y liberales, pobres contra ricos, obreros contra patrones, campesinos contra latifundistas, mexicanos contra extranjeros y, fundamentalmente, de mexicanos contra mexicanos. Tiempo de luchas militares y también, de confrontaciones ideológicas. A finales de 1914, los constitucionalistas representaban el bando más avezado y, a pesar de contar con un ejército menor y no gozar de la popularidad de Villa y Zapata, lograron una alianza estratégica entre distinguidos civiles y experimentados generales que, basados en una propuesta ideológica y militar bien definida, continua y certera, acabarían alzándose con la victoria.Nuestra investigación está centrada en la propaganda política que la facción constitucionalista llevó a cabo durante la Revolución Mexicana en la etapa final de 1914 y los primeros siete meses de 1915, fundamentalmente en contra de Francisco Villa y Emiliano Zapata.Consideramos que el momento cumbre del fenómeno comunicacional que estudiamos, se da con la fundación de la Oficina Central de Información y Propaganda Revolucionaria (OCIPR), eje emisor de los mensajes que se generaban a través del uso de los medios masivos como la prensa y el cine, y de otros canales como decretos, manifiestos, convocatorias, invitaciones, avisos, hojas sueltas y corridos. También son objeto de nuestro análisis los múltiples y suntuosos eventos que organizaron los constitucionalistas para ganar adeptos a su causa, y el despliegue nacional que la OCIPR, en coordinación con el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, hizo de los profesores-propagandistas por el territorio constitucionalista; así como el trabajo persuasivo dirigido a los obreros que se incorporaron a la causa carrancista luego del pacto celebrado entre la Casa del Obrero Mundial y el gobierno del Primer Jefe.La selección de este periodo histórico es coyuntural, porque representa la fase final de la lucha armada e ideológica más cruenta de la Revolución y, en cierto sentido, define el sistema político-social que continuará en México. Es el momento en el que el populismo se toma como bandera social para atraer a los grupos mayoritarios (campesinos y obreros) y sienta las bases que a la postre conformarán el Partido Revolucionario Institucional (PRI), es decir, el partido que ha ostentado el poder en México durante más tiempo