Inseminación artificial intrauterinarevisión y análisis de los factores pronósticos de embarazo

  1. MACIZO SORIA, MARÍA ISABEL
Dirigida por:
  1. Lorenzo Abad Martínez Director/a
  2. Juan José Parrilla Paricio Director/a
  3. Jesús Álvarez Castillo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 14 de noviembre de 2008

Tribunal:
  1. Manuel Escudero Fernández Presidente
  2. Antonio Cano Sánchez Secretario/a
  3. Isabel Tovar Zapata Vocal
  4. José Ramón Rodrígez García Vocal
  5. Juan Meseguer Martínez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 107314 DIALNET

Resumen

El tratamiento con inseminación intrauterina es un método de reproducción asistida relativamente simple en cuanto a técnica, no invasor, de una efectividad importante y con una buena relación coste-efectividad. Se constituye en una alternativa terapeútica válida y al alcance de muchas parejas y ginecólogos para el tratamiento de la esterilidad, que precede con frecuencia a la fertilización in vitro, técnica invasiva y de mayor coste económico. La tasa de éxito de esta técnica, expresada en embarazos por inseminación, presenta una gran variación. Esta puede deberse tanto a los diferentes criterios de indicación y selección de las pacientes, como a los distintos protocolos de estimulación y monitorización del ciclo, a las diversas técnicas de capacitación del semen y al número de inseminaciones por ciclo de tratamiento. Se describen diferentes factores con influencia sobre la probabilidad de éxito de la IA: dependientes de la pareja como la duración de la esterilidad; femeninos como la edad, IMC, diagnóstico, número de folículos preovulatorios maduros, número de ciclos de tratamiento; y masculinos entre ellos la concentración, motilidad y morfología espermática. Nuestro objetivo, es analizar de forma retrospectiva los resultados obtenidos mediante IA en nuestra unidad de esterilidad y estudiar los factores pronósticos de importancia sobre la tasa de embarazo: Tipo de inseminación, año de realización, edad de la mujer, peso de la mujer, años de esterilidad, número de ciclos, número de inseminaciones por ciclo, tipo de esterilidad, etiología de la esterilidad, recuento postcapacitación de espermatozoides y morfología estricta, desarrollo folicular, tipo de estimulación recibida, gestaciones múltiples (en función del tipo de IA, de la edad, del desarrollo folicular, y del tratamiento recibido), y evolución del embarazo. La principal conclusión de nuestro estudio, atendiendo a nuestra experiencia clínica, es que la probabilidad de conseguir embarazo utilizando semen de donante es significativamente superior a cuando se utiliza semen de la pareja. Este patrón de resultados se mantuvo constante a través de diferentes variables evaluadas. Así por ejemplo, la IAD se relacionó con una mayor tasa de embarazos a través de los diferentes rangos de edad de las pacientes consideradas en nuestro estudio. Una segunda conclusión de alta relevancia, se refiere a las consecuencias del tipo de tratamiento empleado para la estimulación ovárica controlada. En nuestro experiencia clínica y, por tanto, en nuestro trabajo de investigación hemos utilizado principalmente las gonadotropinas para la estimulación. Es cierto que por este motivo, desde nuestros resultados, no se puede desprender que el tipo de tratamiento empleado determine la probabilidad de conseguir embarazo. Sin embargo, es de máxima importancia la observación del efecto de la dosis de inicio de tratamiento sobre el porcentaje de embarazos únicos vs. múltiples. De este modo, cuando las dosis son bajas o intermedias se observa una mayor proporción de embarazos únicos. Sin embargo, cuando las dosis de inicio de tratamiento son elevadas, la distribución del porcentaje de embarazos es superior en los casos de embarazos múltiples (75 %) que en los únicos (25%). Por tanto, nuestro estudio pone de manifiesto la necesidad de considerar la dosis inicial utilizada en los tratamientos de estimulación con el ánimo de reducir la probabilidad de embarazos múltiples. Aunque los dos puntos citados arriba son el eje central de las conclusiones de nuestro estudio, existen otras observaciones de gran interés. Por un lado, aunque no existió una diferencia significativa en cuanto a gestaciones totales según el año de realización de la IA que abarcó nuestro estudio (2002-2006), es evidente que sí observamos una tendencia al alza, probablemente por el mayor aprendizaje que hemos adquirido en cuanto al estudio diagnóstico, estimulación y técnica de IA, así como en la preparación del semen en el laboratorio. En cuanto a la probabilidad de conseguir embarazo según el peso de las mujeres diagnosticadas de esterilidad, los resultados aunque no alcanzaron la significación estadística, si observamos una tendencia a la presencia de una menor fecundidad en el caso de pesos fuera del límite bajo y alto de la normalidad, considerando oportuno que en las mujeres con un IMC menor de 19, con menstruaciones irregulares o en amenorrea deberían incrementar su peso, puesto que probablemente aumentarán sus posibilidades de quedar gestantes. De la misma manera, las mujeres con un IMC mayor de 27, deberían ser informadas de la mayor dificultad para concebir, sobre todo por la frecuencia de la anovulación asociada a la obesidad. De cualquier manera, de nuestro estudio se desprende que habrá mujeres que ovulen y que tengan ciclos menstruales regulares independientemente del IMC que presenten. En estos casos, el motivo que está disminuyendo su capacidad de procreación será otro distinto al peso. Finalmente, en nuestra práctica, la edad de la mujer; los años de esterilidad de la pareja; el número de ciclos realizados, o el número de inseminaciones por ciclo; el tipo o la etiología de la esterilidad; el recuento postcapacitación o de la morfología estricta en la valoración de la calidad seminal; o el desarrollo folicular, no fueron factores pronósticos en IA.