La intensidad afectiva modula la reactividad fisiológica al estrés inducido experimentalmente, evaluado mediante el índice de sudoración palmar

  1. ORTIZ SORIA, BEATRIZ
Zuzendaria:
  1. José Francisco Martínez Sánchez Zuzendaria
  2. Julia García Sevilla Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Murcia

Defentsa urtea: 1999

Epaimahaia:
  1. Enrique García Fernández-Abascal Presidentea
  2. Agustín Romero Medina Idazkaria
  3. Francesc Palmero Cantero Kidea
  4. Jordi Fernández Castro Kidea
  5. Mariano Chóliz Montañés Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 71148 DIALNET

Laburpena

El establecimiento de las dimensiones generales que permitan describir las características de una emoción ha sido una preocupación constante en Psicología de la Emoción (Schmidt-Atzert, 1985). Pese al consenso general sobre la necesidad de incluir en la medida experimental de la experiencia afectiva juicios sobre la cualidad hedónica y sobre la intensidad de la activación emocional (Bradley, 1994), la consideración del parámetro de cualidad afectiva como una dimensión bipolar (positiva/negativa) o bien como dos dimensiones unipolares (positiva y negativa) se debate todavía. El modelo alternativo del espacio afectivo propuesto por Larsen y Diener (1987) pretende solucionar esta controversia, planteando una estructura compuesta por dos dimensiones independientes de frecuencia e intensidad, siendo la intensidad el grado en que las emociones son experimentadas, independientemente de la valencia de éstas. El constructo de intensidad afectiva propuesto por estos autores se refiere a las diferencias individuales en esta dimensión, tendencia emocional relativamente estable que modula y condiciona aspectos tanto cognitivos como comportamentales y afectivos. Su importancia en el ámbito aplicado queda de manifiesto al examinar sus efectos en el campo social, psicológico y de la salud. En este terreno, y enmarcado en el reciente interés en el estudio del papel del procesamiento de los afectos en la etiología de los trastornos psicofisiológicos, la evidencia encontrada sobre la existencia de sesgos cognitivos de evaluación en el procesamiento de la información afectiva en los sujetos con niveles altos en intensidad afectiva y su tendencia a emplear estilos de afrontamiento desadaptativos, lleva a la cuestión fundamental planteada en esta investigación: la verificación de la existencia de un patrón diferencial de reactividad al estrés que, dadas las condiciones anteriormente subrayadas, podría hacer a estos sujetos esp