El sentido constituyente de la alucinación
- González Durán, Esperanza
- J. M. González Infante Director/a
Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid
Fecha de defensa: 17 de julio de 1998
- Ginés Llorca Ramón Presidente/a
- José Gutiérrez Terrazas Secretario/a
- Pedro Chacón Fuertes Vocal
- María Teresa Anguera Argilaga Vocal
- Jose Lorenzo Gonzalez Fernandez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El sentido tiene que ver con el querer del individuo en la alucinación y éste está relacionado con la intencionalidad de la conciencia, ésta constituye cualquier fenómeno. El sentido lo que hace es captar la experiencia misma, que tiene significado. El sentido se lo da la estructura de la conciencia y se puede ver en función de las vivencias. El fenómeno se constituye en un a priori o esencia, que está limitado por la capacidad constitutiva del sujeto, y esto se realiza en base a la asociación, yo constituyo al objeto porque ya está constituido. La objetividad se da en la intencionalidad de la conciencia. El alucinado vive la imagen irreal de forma actual porque intensifica la noción de sentido y le da realidad. El enfermo mental no es capaz de relativizar y establecer la relación con el otro, eso es un sistema de analogía, cuya unidad de conciencia le da la experiencia y abarca a las distintas vivencias. Las cosas tienen el sentido que le da la estructura a la conciencia. El significado de esa estructura, se puede ver en función de las vivencias que se producen. El fenómeno alucinatorio será, el tipo de vivencia patológica que constituye la alucinación y las reacciones vivenciales que se producen frente a los propios acontecimientos. El objetivo fundamental es que la alucinación tiene una estructura cuyo núcleo está constituido por las siguientes alteraciones: alteración en la sensopercepción, que es la alteración fundamental. Frente a ellas, el paciente hará una elaboración en el pensamiento, dando lugar a alteración en el pensamiento. La alucinación es por tanto una alteración de la sensopercepción, como consecuencia del estado alterado del pensamiento. Es, pues, el intelecto que se convierte en fantasía, el alucinado trastoca el orden del conocimiento y convierte en realidad la fantasía llevando a cabo una transformación imaginaria. Las imágenes no se corresponden con la realidad,