Renovación y continuismo en el partido comunista de España (1956-1965)

Laburpena

Para el Partido Comunista de España lo acontecido en Moscú, a partir del Informe Secreto de Kruschev del XX Congreso del PCUS, servirá de despaldarazo al proceso de cambio que se venía gestando en la dirección y que estará dirigido por los denominados "jóvenes", encabezados por Santiago Carrillo. Estos relegarán a un segundo plano a la "vieja guardia", dentro de la que se encuentra Dolores Ibárruri. El cambio táctico que traerán consigo los "jóvenes" será la política de reconciliación nacional, que pretenderá cerrar la herida que había supuesto la guerra civil, proponiendo un reagrupamiento de las fuerzas nacionales interesadas en empreder transformaciones políticas y favorecedoras de la paz, deseada a partir de los cambios socioeconómicos de finales de los cincuenta. En 1956 se iniciará un importante movimiento reivindicativo que se ha llegado a considerar como el más importante desde el final de la Guerra Civil. Estudiantes, que no habían vivido la guerra civil, piden la apertura política y una oleada de huelgas estallará, Asturias y Vizcaya en 1962. En la nueva dirección del PCE las divisiones se manifestarán a partir de las dos figuras más prestigiosas en los círculos intelectuales Fernando Claudín y Jorge Semprún. Desde 1964 se presentan las discrepancias en la apreciación de los acontecimientos nacionales e internacionales. El hilo conductor entre los acontecimientos de cambio y la expulsión de los dos intelectuales, a pesar de los pretendidos diferentes principios, es el motivo de la presente tesis. La información se ha recabado desde los Archivos con documentación más interesante y directa para la investigación.