Estudio de los radicales morbosos asociados con crisis de conversión

  1. Sánchez de las Matas Dávila, J.
Dirigida por:
  1. Francisco Alonso Fernández Director

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 01 de junio de 1977

Tipo: Tesis

Resumen

El uso psiquiátrico del término “conversión” es de procedencia freudiana, para él una representación psíquica, considerada como una suma de excitaciones puede “convertirse” en un hecho corporal. La representación “reprimida” se traduce en una alteración nerviosa voluntaria o vegetativa autónoma. Vemos que engloba en su Histeria de conversión ambos cuadros: sensorio-motores y viscerales. Se plantea la pregunta de si las alteraciones del sistema nervioso de la vida de relación o voluntario y las del sistema nervioso vegetativo pueden equipararse. Esto ha producido grandes diatribas. Actualmente, y en ello han influido mucho los trabajos de Alexander (1951) contra Boss (1954) etc. la respuesta en general, es negativa. Aunque en ambas: neurosis viscerales y neurosis histérica con crisis de conversión, y en los dos proyectos existenciales existe una excesiva somatropización, tiene matices diferenciales muy importantes como señala Alonso Fernández (1961). Los principales punto distintivos radican: a) Expresivas. La crisis de conversión traduce un conflicto psíquico; el trastorno neurótico visceral sería el correlato fisiológico del estado emocional (los hechos no son exactamente tan sencillas, López Ibor (1966) llega a equiparar las neurosis viscerales a las enfermedades psicosomáticas, cuando el correlato corporal se independiza, volveremos sobre ello). En los trastornos viscerales se ha hablado mucho del “lenguaje de los órganos”, en un sentido de especificidad que actualmente no puede sostenerse. Exceptuando, con reservas, el vómito Alonso Fernández (1961) comenta como el plano visceral tiene un valor comunicativo escaso, prácticamente nulo para el prójimo. En los trastornos sensorio-motores (crisis de conversión actuales), además de una expresión simbólica hay una llamada al “alter ego”, que ha sido denominada de modo diverso según los autores: Von Gebssattel (1954): “Transmisión de un mensaje al prójimo”. López Ibor (1949): “Búsqueda apasionada y teatral de una transferencia. Sánchez de las Matas Dávila (1962): “Síntoma activamente conmovedor”. b) Índole. La crisis de conversión es un dispositivo psicológico defensivo de la personalidad frente a la angustia vital. El trastorno visceral neurótico es “angustiosos ya de por sí”, sin eslabones intermedios, “La palpitación (López Ibor, 1966) es angustiosa ya de por sí. El síntoma es expresión de la neurosis, pero es la neurosis al mismo tiempo. c) Localización. Alonso Fernández considera como neurosis viscerales, aquellas en las que prevalezcan los trastornos de órganos, soliendo asociarse a actitudes hipocondriacas. Continua este autor “1961): “La neurosis propia del hombre de hoy, es una neurosis visceral hipocondriaca. d) Psicodinamina. En la crisis de conversión (sensorio motriz queremos decir siempre), el conflicto es reprimido perfectamente, el peligro se conjura mediante el abandono del pensamiento racional y el despliegue del mágico o prelógico, su expresión simbólica son las tumultuosas reacciones sensorio-motoras. En la neurosis visceral la represión es mucho más incompleta. Alonso Fernández (1961) matiza: “El recubrimiento del conflicto no representa un factor primario patógeno del plano personal del ser, sino que como toda elaboración vivencial intrapsiquica es a su vez un producto derivado de ciertas peculiaridades del sujeto”. e) Actitud adoptada por el paciente. En la conversión (nos referimos a los neuróticos histéricos con crisis de conversión) hay una paradoja entre la masividad sintomática y la actitud de aparente indiferencia (la “belle indiference” de los autores franceses). Se ve una vez más que la “autenticidad del histérico es su inautenticidad”. Resumiendo: Nuestro criterio actual sobre crisis de conversión comprende las sensorio-motoras (puede en “ciertos casos solamente” incluirse el vómito. Y en los puntos anteriores se han señalado las diferencias con las neurosis del sistema nervioso vegetativo autónomo, (téngase bien presente que al hablar así no nos referimos para nada a las antiguas concepciones de neurosis exclusiva de un órgano determinado).