La responsabilidad de la lectura ante el holocausto

  1. Sebastián Lago, Alberto
Dirigida por:
  1. Montserrat Iglesias Santos Director/a

Universidad de defensa: Universidad Carlos III de Madrid

Fecha de defensa: 10 de mayo de 2012

Tribunal:
  1. Carlos Thiebaut Luis Andre Presidente/a
  2. David Conte Secretario/a
  3. Antonio Monegal Brancós Vocal
  4. Aurora Fernández Polanco Vocal
  5. Manuel Angel Loureiro Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Nuestra investigación tiene como punto de partida la posibilidad de la representación del holocausto. A partir de la trama discursiva de los límites de la estética después de Auschwitz vemos la necesidad, pese a todo, de representar lo irrepresentable, de dar imagen a aquello que no tenía imagen, de poner en palabras aquello que pensábamos excluido del orden lingüístico. Así es cómo lo invisible del acontecimiento (el genocidio) se torna visible, cómo lo olvidado que formaba parte del exterminio entra en la esfera de la memoria. Teniendo en cuenta la idea de Rancière de que lo real es en sí mismo mudo, ponemos de relieve la necesidad de unos artefactos representacionales que medien y elaboren la experiencia del daño. Fuera de esa mediación está el silencio, la no elaboración de la memoria. De ahí que según Rancière lo real deba ser ficcionalizado, de ahí que según White nuestra relación con la historia sea siempre narrativa. Ahora bien, la ficción no funciona aquí como mentira o como una forma consoladora respecto a la realidad, sino que opera una transformación en el ¿reparto de lo sensible ¿de una sociedad, es decir, implica una nueva distribución de lo visible y de lo humano. O sea, los olvidados de la historia entran ahora en el relato histórico, y aquellos que sólo tenía el derecho al grito inarticulado pueden ahora utilizar la palabra. A su vez analizamos diferentes representaciones del holocausto en cine, literatura y teatro y ponemos de manifiesto cómo generan una estructura de inteligibilidad, una interpelación, un ilocutivo, una demanda al lector, oyente o espectador. Todas las obras está incompletas en su soledad y en este sentido requieren la práctica de la lectura para su integración en una comunidad democrática. Y esa es la responsabilidad (inevitable) del lector.