Una historia (rota) del Techno Marrón y del ritmo como contacto

Resumo

Esta investigación propone el estudio de la música techno y su contexto de baile como un movimiento emergente donde, en los últimos diez años, se evidencian una serie de claves que permiten producir una narración desde la perspectiva marrón: una lectura situada en cuerpos que desafían las lógicas eurocentradas y sexonormativas. A partir de micro-descubrimientos, de referencias específicas de música electrónica latinoamericana y de ritmos afropercusivos aprendidos con el cuerpo, esta investigación mezcla tracks para producir un relato experimental performativo a la manera de un dj. El análisis de diferentes fuentes de la música electrónica, en diálogo con el archivo sonoro propuesto desde un nuevo orden de los sentidos, se organiza como una utopía techno marrón en su dimensión política de representación. En los ritmos de la ficción sónica negra y marrón, y desde la condición de doble conciencia (esquizo-cultural), se activa de manera subversiva un (contra)relato que busca debatir con el pensamiento teórico que legitima el discurso de la música electrónica como algo local. Desde la práctica curatorial, se problematiza la genealogía evolucionista y el etiquetado definitivo que han servido hasta la fecha para describir la configuración poscolonial del sonido. Partiendo de la base de que la música puede ser una forma de hacer política, se propone escuchar sonidos de origen resistente que han sido asimilados por la escena techno. El techno marrón se enuncia como ritmo que no responde a las visiones del discurso dominante, encorsetado por los triunfos de la industria musical y sus tendencias. La agencia en torno a este ritmo, que se construye a partir de la heterogeneidad y la diversidad de las historias de las comunidades de baile techno, usa el dj set como estrategia relacional de montaje en el club. El frenesí y el impulso de la experiencia empática de baile se traduce en una escena simultánea a la dominante, que opera a favor de una renovación de la mirada con acciones (desde festivales o formatos fiesta) que apelan a un baile marrón, que es también queer.