Libia y el nuevo intervencionismo

  1. Vericat, José
Revista:
Política exterior

ISSN: 0213-6856

Año de publicación: 2017

Volumen: 31

Número: 180

Páginas: 112-120

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Política exterior

Resumen

Lo que sucedió en Libia a principios de 2011 marcó los esfuerzos de mediación de la ONU tras las primaveras árabes, en especial en las guerras de Siria y Yemen. Las consecuencias del nuevo intervencionismo han sido desastrosas. EN marzo de 2011, en el apogeo de las revueltas árabes, la entonces embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Susan Rice, le espetó a su contraparte francés, "no nos vais a arrastrar a vuestra guerra de mierda". Francia y Reino Unido presionaban esos días para que el Consejo de Seguridad aprobara una resolución que autorizaría la intervención militar en Libia. La diplomática estadounidense � que hace gala de no tener pelos en la lengua � expresaba así la que era en ese momento la posición de EEUU; es decir, su rotunda negativa. Después del fiasco de Irak, a Washington se le atragantaba la idea de una nueva campaña militar en un país árabe. Pero EEUU no tardó en cambiar de opinión por temor a que el dirigente libio Muamar el Gadafi cometiera una masacre. La OTAN intervino y su régimen fue derrocado. Desde entonces, la violencia y la desestructuración del país han ido in crescendo. Por el momento, Libia se ha salvado de las desmesuras de Siria y de Yemen � los otros dos países envueltos en guerras a causa de la revueltas árabes � pero se tambalea al borde del abismo mientras la comunidad internacional, y en particular el organismo que la representa, la ONU, intenta evitar su desplome. La ONU ha fracasado en su apoyo a las revueltas árabes, y con ello se ha malgastado la mayor oportunidad de transformar Oriente Próximo en la era poscolonial, de terminar con los regímenes autoritarios y facilitar el desarrollo de Estados verdaderamente democráticos. Los conflictos en Siria y Yemen acaparan la atención de los medios de comunicación por la magnitud de la catástrofe que sucede en ellos. Pero lo que tuvo lugar en Libia al principio de 2011 marcó los esfuerzos de mediación en los demás conflictos que surgieron en la región y, por tanto, la trayectoria de esos levantamientos en sí mismos. Uno de los ejemplos más claros es el impacto que tuvo entre los que se rebelaron ante el régimen de Bachar el Asad en Siria, que esperaban que la OTAN les apoyaría también a ellos, alimentando así las llamas del conflicto. La intervención militar de la OTAN en Libia, dirigida por el Consejo de Seguridad de la ONU, representa un nuevo tipo de intervencionismo cuyas consecuencias han sido desastrosas y repercuten hasta hoy en el país magrebí. Para valorar los actuales esfuerzos internacionales en Libia, que suponen un reverso a la hoja de ruta seguida durante los últimos seis años, hay que tener en cuenta la dificultad de lograr una transición democrática tras imponer un cambio de régimen. Transiciones, R2P y un nuevo intervencionismo LA ONU ha disfrutado de protagonismo en las intervenciones de la comunidad internacional para resolver los conflictos surgidos de las revueltas árabes. No es sorprendente, dado que Oriente Próximo y África han sido siempre, y con más intensidad en las últimas décadas, los escenarios donde la organización desarrolla la gran mayoría de sus actividades. Karim Makdisi y Vijay Prashad lo analizan de forma brillante en Land of the Blue elmets: The United Nations and the Arab World. La centralidad de la ONU en los esfuerzos de mediación es muy positiva en circunstancias normales, pero no se han dado estas circunstancias en la región. El deseo de facilitar un cambio de régimen con ayuda de la ONU es algo inusual. istóricamente la organización ha intervenido en países en posconflicto con el fin de forjar un acuerdo entre las partes y mantener la paz. Rara vez lo ha hecho para promover una transición política, ya que la neutralidad es una característica básica de cualquier mediador. Aparte de Libia, los ejemplos de Siria y Yemen son claros. En Siria se exigía la salida del presidente El Asad como condición para empezar a negociar una resolución del conflicto. En Yemen el enviado de la ONU fue clave en negociar la salida del presidente Ali Abdullah Saleh ...