El dominio del estrecho en la II Guerra Mundial : la neutralidad española y el espionaje británico

  1. HORRILLO SÁNCHEZ, LUIS
Dirigida por:
  1. Juan Pablo Fusi Aizpurua Director
  2. Antonio López Vega Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 28 de marzo de 2022

Tribunal:
  1. José Luis García Delgado Presidente
  2. Elena Cristina San Román López Secretaria
  3. Fernando García Sanz Vocal
  4. Montserrat Huguet Santos Vocal
  5. Enrique Moradiellos Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La historiografía ha tendido a pasar por alto el papel de la Inteligencia en los acontecimientos del siglo XX, cuando en realidad, el estudio del espionaje nos permite tener una visión más completa sobre un determinado tiempo histórico, dejando al descubierto aspectos incómodos para la historia oficial. La Península Ibérica se convirtió en un elemento geoestratégico primordial para la supervivencia de Gran Bretaña al situarse entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Tanto la lucha por su supervivencia como la necesidad de frenar la influencia alemana en España y el Protectorado de Marruecos entre 1940 hasta la decisiva operación Antorcha, explican el papel destacado del SOE, la institución de Inteligencia británica, encargada de organizar una ¿quinta columna¿ de agentes secretos para reducir la influencia de Italia y Alemania en la zona. Los británicos sabían desde el principio de la contienda que España no estaba en condiciones económicas y militares para participar en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la seguridad británica dudaba de la influencia alemana sobre Franco por sus ambiciones en Marruecos y en Gibraltar que le llevaron a la firma del pacto Antikomintern en marzo de 1939. De esta manera, Gran Bretaña, con el propósito en mente de garantizar su seguridad nacional, empleó todos sus esfuerzos para mantener a España en la neutralidad. A lo largo del año 1940 existieron una serie de condicionantes que lo permitieron, aunque si Franco se hubiera decidido a dar el más mínimo paso hacia la beligerancia activa en Hendaya, Gran Bretaña tenía diseñados planes militares y de Inteligencia para defender Gibraltar y el Estrecho. El temor británico a una invasión de la Península Ibérica no desapareció con la operación Barbarroja. Por ello, los británicos tenían diseñadas una serie de operaciones diplomáticas, económicas y secretas para contrarrestarlo. Sin embargo, la imposibilidad de que Gran Bretaña pudiera llevar a cabo operaciones en la península Ibérica provocó que sus agentes se desplegaran en el protectorado de Marruecos para reducir la influencia de la Gestapo a partir del otoño de 1941. La operación Antorcha fue el acontecimiento crucial en las relaciones angloespañolas en 1942. En la primavera comenzaron las acciones de la Inteligencia de los Aliados en el norte de África, cuyo objetivo final consistió en conseguir que los intereses de los franceses, españoles y las autoridades musulmanas coincidieran en la zona, destacando en el éxito militar de la operación el papel del SOE. Por lo tanto, al reducirse la posibilidad de invasión alemana, Gran Bretaña estableció una nueva política sobre España para socavar la estructura económica del enemigo sin llevar a cabo acciones militares. Aunque el paso de la beligerancia moral española a la neutralidad no fue ni fácil ni rápida por la oposición de Falange y de Alemania, el contexto era ya favorable para los Aliados en el otoño de 1943, por lo que, tanto británicos como norteamericanos se concentraron en la operación Overlord que condujo al paulatino final de la guerra en Europa.