El Monasterio de las Carmelitas de la antigua observancia de Granada: historia, patrimonio y puesta en valor

  1. Galán Cortés, Venancio
Dirigida por:
  1. José Policarpo Cruz Cabrera Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 28 de octubre de 2022

Tribunal:
  1. Isabel García Fernández Presidenta
  2. David Martín López Secretario/a
  3. Agustín Martínez Peláez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La tesis que presentamos se estructura en tres grandes bloques, que vienen a desarrollarse tras el apartado de la introducción en el que se encuentra la justificación de nuestro tema de estudio, la razón por la que esta tesis doctoral nacía, exponiendo los objetivos y la metodología que hemos seguido durante nuestra investigación. Cabe recordar, que aunque hemos indagado en los archivos de la ciudad e incluso en el de la provincia bética, la base documental de este trabajo ha sido el archivo conservado en el interior del convento de Nuestra Señora del Carmen de Granada donde se atesora información desde la fundación hasta nuestros días. PARTE 1: FUNDACIÓN E HISTORIA CONSTRUCTIVA DEL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Para hablar de nuestro cenobio, hemos realizado una breve semblanza de la llegada de las Órdenes religiosas a Granada tras la reconquista en 1492, centrándonos en más profundidad en el Carmelo observante y en el descalzo. De igual modo, antes de entrar analizar la fundación de nuestro convento nos sentimos obligados a esbozar la historia de la Orden Carmelita en España, con el fin de mostrar la relevancia que tuvo el convento que aquí estudiamos, ya que, es el más antiguo de la Provincia Bética, tras desaparecer el de los Remedios de Écija (Sevilla). El análisis documental, nos ha permitido conocer una realidad hasta ahora inédita, demostrando que la fundación del convento, se produjo a partir de un beaterio, sobre casas del Duque de Sesa. Adquiridas por la comunidad, aparece como protagonista de dicha compra, la madre fundadora, Mariana de San Sebastián, de la que no se tenían apenas datos. El estudio en profundidad del Libro de Títulos custodiado en el interior de una celda y entregado por una religiosa a la priora, propició un giro radical en esta tesis doctoral. Gracias a este gesto, hemos podido demostrar que los relatos existentes en cuanto al origen del cenobio, no son ciertos, como es el caso de la supuesta donación realizada por el caballero veinticuatro don Juan de la Torre. Y es que hemos logrado demostrar cómo se configuró la fábrica edilícia a lo largo de los siglos. De igual modo, se ha estudiado en profundidad el templo de este convento, atendiendo a su crecimiento y al mecenazgo de la familia Loaisa, responsables de la fábrica de la capilla mayor, de la construcción del panteón familiar y de la decoración de este espacio que ha ido modificándose a lo largo de su historia, con la colocación de retablos, esculturas, etc. Una comunidad que desde sus inicios, y a pesar de las dificultades económicas, siempre tuvo entre sus principales objetivos adquirir las casas colindantes para ampliar el espacio conventual, con el fin de solucionar los problemas de estrechez que según ellas tenían. Sin lugar a dudas la compra más importante fue la relacionada con la casa del caballero veinticuatro Juan de la Torre, gracias al mecenazgo de don Martín Jufré de Loaisa, uno de los personajes más importantes vinculados a nuestra historia, quien además de donar el dinero que necesitaban las religiosas, entregó otra cantidad para la construcción de un aljibe, evitando así el problema de almacenamiento del agua concedida por Cédula Real de Felipe II. De este modo, la ampliación espacial de nuestro convento se desarrolló entre el siglo XVII - XVIII evitando así la estrechez de las religiosas, pero sobre todo para dar cobijo a las doñas con las que compartían el claustro. Un crecimiento que se veía paralizado durante la centuria del ochocientos ante la falta de vocaciones, por la mala situación económica, lo que hizo que una gran parte del convento quedase abandonado, dando como resultado un estado de ruina que no se pudo solventan hasta finales del siglo XX. PARTE 2: DE MONJAS Y DOÑAS. LA VIDA EN LA CLAUSURA Nada de esto que venimos hablando, se entiende si no conocemos el modo de vida de las religiosas que han habitado entre los muros de este lugar. La celebración del Concilio de Trento marcó unas nuevas directrices para las religiosas de clausura, que no fueron en un principio muy bien aceptadas en los claustros. La prohibición de salir a mendigar y el control que desde aquel mismo instante se imponía, supuso un gran cisma en las órdenes religiosas, sobre todo en la rama femenina. Por otro lado, estos preceptos, sirvieron como base en la que se apoyaron aquellos que clamaban una mayor estrictez, momento en que nacía la descalcez en el Carmelo. Fueron muchos los casos de interrogatorios a los que nuestras religiosas fueron sometidos con la finalidad de conocer el estado del convento. En cuanto a la conexión con el mundo exterior, se hacía a través de los mandaderos, seglares que vivían junto al convento, responsables de atender a la comunidad en todo lo que les fuese necesario. Una figura presente en todos los cenobios de la ciudad, que fundaron su propia hermandad en el templo de las Madres Carmelitas de Granada, que gozó de actividad hasta bien entrado el siglo XIX. Los claustros, estaban faltos de rigidez como es el caso que nos ocupa, donde existían una clara jerarquización social entre las propias monjas que atendiendo la dote que entregaban profesaban como religiosas de velo y coro o de velo blanco. Dos formas totalmente de vivir ya que las primeras, tenían asegurados sus alimentos de por vida y que, gracias a la distinción social de su familia, sabían leer, escribir, etc. Todo lo contrario que las segundas, que debían de trabajar, cocinar, limpiar, etc., para poder comer. Aunque no todo queda aquí, las monjas de velo, tenían en propiedad su celda que por supuesto podía crecer atendiendo a sus necesidades personales, acogiendo en su interior a monjas de velo blanco a las que solían tomar como sus criadas. Por lo tanto la asistencia a los locutorios para tratar temas importantes como por ejemplo la adquisición de una casa, o dar cuenta sobre la administración de las rentas, les correspondía a las monjas de coro, que hasta 1700 fueron las únicas en aparecer reflejadas en el libro de prioras y profesiones. Las situaciones de hambrunas vividas en el interior del claustro durante el siglo XVII y el XVIII, originaron enfrentamientos entre las propias religiosas que ante la adversidad decidieron emprender una empresa de venta de dulces para poder subsistir. Es aquí donde nuestra venerable, Juana Úrsula de San José decidió acudir a la reina Margarita de Austria, buscando su amparo para poder alimentar a sus hermanas. Tocada por la gracia divina parte de sus escritos recogido en ciento cuarenta y dos cuadernos han sido utilizados a lo largo de esta tesis doctoral, ya que son un testimonio fiel del modo de vida y del estado, tanto del convento como de la comunidad. Además, sus raptos espirituales y sus visiones místicas, también nos han permitido acércanos al patrimonio conservado, siendo de vital importancia los testimonios que tres monjas redactaron tras su muerte en 1683, donde nos hablan de la pintora granadina Mariana de la Cueva. La relajación de nuestras religiosas, unido a esta distinción social que venimos tratando, asentaron las bases para la redacción por parte del arzobispo de la ciudad, de unas nuevas Constituciones que reglasen la vida en el interior del cenobio carmelita. Un hecho que produjo un cierto malestar entre las monjas, ya que, algunas se mostraron contrarias aceptarlas a pesar del voto de obediencia. El siglo XVIII fue bastante convulso aunque tal vez el acontecimiento más importante de esta centuria fue el protagonizado por aquellas monjas rebeldes, que decidieron abandonar el convento de San José y la descalcez para profesar bajo la regla de la Antigua Observancia pasando a vivir en el convento de Nuestra Señora del Carmen. No fue la centuria del ochocientos un periodo de tranquilidad ni de estabilidad, ya que la monjas tuvieron que abandonar el convento hasta en tres ocasiones a causa de epidemias, por mandatos gubernamentales o por episodios anticlericales, estos últimos a comienzos del siglo XX. Religiosas que convivieron con seglares, aquellas señoras ricas que solteras o viudas eligieron el convento para vivir hasta el fin de sus días, que iban acompañadas de sus criadas y doncellas, llevando una vida sin privaciones. Su presencia fue el otro motivo por el que el edificio estuvo en continua ampliación continuamente. Su presencia la hemos documentado hasta principios del siglo XIX, momento en que por mandato del gobernador, las Madres Carmelitas tuvieron que acoger a niñas pobres para instruirlas en religión, tareas del hogar, etc. Una actividad totalmente desconocida hasta el momento. BLOQUE 3: EL PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO DEL MONASTERIO En nuestro último bloque, nos hemos centrado en estudiar parte del patrimonio que durante más de cinco siglos, se ha conservado en el interior del convento de Nuestra Señora del Carmen. Como venimos apuntando, la mala situación económica que ha acompañado a la comunidad a lo largo de toda su historia en la que han tenido que vivir momentos de mucha dificultad, llevaron a las religiosas a tomar una "necesaria", pero nefasta decisión: vender diversas piezas patrimoniales. Realmente desconocemos cuántas, aunque hemos podido localizar algunas de ellas. Si bien es cierto, que la pérdida patrimonial también fue producto de las donaciones que según los documentos, se conservaban sin culto y en mal estado, como fue el caso de las entregadas al cura de Nigüelas, o la Virgen del Carmen donada al convento Carmelita de Cañete la Real (Málaga) que perdió todo su patrimonio a causa de las revueltas anticlericales acaecidos durante la II República. Tenemos que decir que el caso más interesante que hemos hallado y del que nada se conocía, es la venta de unos cuadros tasados por don Manuel Gómez Moreno, quien también tasó un relieve en terracota policromada, que hemos atribuido a los Hermanos García, y del que nada más sabemos. Como decíamos al principio de este apartado, a pesar de estas ventas, la comunidad conserva un vasto patrimonio, razón por la que decidimos realizar una selección de las devociones principales presentes en la Orden Carmelita. Es necesario conocer la importancia que tiene la Virgen del Carmen, los santos Carmelitas o estudiar el carisma cristocéntrico de la Orden, para comprender el pensamiento de las religiosas. De este modo, las obras de arte, que hemos estudiado, no sólo representan un credo, sino que son en su mayoría obras de grandes maestros de la escuela barroca granadina como es el caso de Alonso de Mena (1587 - 1646), los Hermanos García, Miguel (1574 - 1639) y Jerónimo (1574 - 1644), Pedro Atanasio Bocanegra (1638 - 1689), Juan de Sevilla (1643 - 1695) y Agustín de Vera y Moreno (1697 - 1760) ente otros muchos. Un patrimonio que comenzamos a inventariar hacia el 2015, por mandato de la Orden Carmelita. Un año en el que se inauguró, con permiso de la comunidad y el beneplácito del arzobispado de Granada un pequeño museo en el interior de nuestro convento. No nació este proyecto bajo la premisa de abrir el cenobio y visitar las estancias tal cual las tenían las religiosas, sino que se pensó en la apertura paulatina de espacios con una planificación museológica, que ha ido ampliándose en el tiempo. Una institución cultural que se enfrentaba a una compleja situación, por el estado de conservación que presentaban las piezas que se debían de intervenir para su correcta exposición, como también había que trabajar en los espacios, la mayoría con muy poco uso. A todo ello tenemos que sumarle, que no se trata de un museo en un edificio obsoleto, sino que teníamos que organizar su apertura al mundo exterior, atendiendo a las necesidades de la comunidad que habitan en el edificio, respetando su modo de vida, sin olvidarnos que además, es un lugar cultual. Poco a poco, hemos logrado educar a las monjas en aspectos relacionados con la prevención, el traslado de piezas, etc., haciéndoles entender como el patrimonio además de ser contemplado en una exposición permanente o temporal se sigue usando para el fin que fue concebido. Un proyecto abierto, en el que continuamos trabajando actualmente, con grandes proyectos de futuro, con la idea de acercar el patrimonio histórico-artístico a una sociedad cada vez más consumidora de cultura.