La herencia colonial española en el Cine Filipino contemporáneo. Análisis textual

Resumen

Filipinas, situada en el Sudeste Asiático, fue una de las últimas posesiones del Imperio español de Ultramar. El estallido de la insurrección en julio de 1896 y la posterior guerra hispano-estadounidense en abril de 1898 pusieron fin a una presencia que abarcó más de tres siglos y medio. Como en cualquier proceso colonizador, se produjo una imposición del país dominante al territorio sometido con el objetivo de controlar a sus súbditos y de imponer un modelo social. Con el tiempo, cristalizó en la conformación de una cultura heterogénea, singular, que todavía en la actualidad acusa una crisis de identidad como consecuencia de tres invasiones sucesivas. Con la llegada del cinematógrafo a finales del siglo XIX, último legado de España a Filipinas, un nuevo entretenimiento que adoptaba las formas del teatro hispánico caló hondo entre la población. Al cabo de varias décadas, coincidiendo con la independencia definitiva de Filipinas tras la Segunda Guerra Mundial, el medio posibilitó el registro de una memoria colectiva, esto es, la de la propia nación. La finalidad de este trabajo, por tanto, es comprobar si la herencia cultural española recibida a lo largo de la colonización continúa vigente a través de las imágenes del cine filipino contemporáneo, de manera más explícita o más velada. Para tal cometido, se realizó la lectura y comentario de las secuencias de una decena de películas filipinas esenciales para entender la evolución del séptimo arte en el país, la mayoría descendientes directas de un cine social formulado a mediados de los 70 por directores como Lino Brocka o Ishmael Bernal, ambos presentes también en la muestra.