El imaginario social y el cine chino de la sexta generación

  1. Zhang, Xu
Dirigida por:
  1. Francisco Utray Delgado Director/a
  2. Farshad Zahedi Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad Carlos III de Madrid

Fecha de defensa: 21 de febrero de 2023

Tribunal:
  1. Gerad Imbert Martí Presidente/a
  2. Huiling Luo Secretaria
  3. Luis Deltell Escolar Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Desde la reforma y apertura de China en 1978, el panorama político y económico ha ido cambiando. Se ha pasado gradualmente de una economía planificada a una economía socialista de mercado. La reforma del sistema político y económico y los cambios ideológicos provocaron constantes transformaciones en la sociedad china en las décadas de 1980 y 1990. Estos cambios afectaron a todos los aspectos de la vida. En los primeros años de la década de 1980, el ambiente general mostraba optimismo; los individuos encontraban un lugar para sus expectativas en la vida después de la reforma. La conciencia del individualismo se despertaba gradualmente, sus mentes se emancipaban, mientras que perseguían sus ideales personales. Como consecuencia, las obras cinematográficas de la década de 1980 reflejaban el impacto positivo de estos cambios sociales en la vida de la gente en las primeras fases de las reformas. Sin embargo, a finales de los años 80, la sociedad china entró en una nueva etapa de desarrollo. Con las revoluciones de 1989 y la disolución de la Unión Soviética, el socialismo se vio gravemente afectado a escala internacional. Al mismo tiempo, empezaron a verse las deficiencias provocadas por las reformas en la sociedad china. Junto con la agitación política del 89, la crisis de valores e identidad ante los cambios llevó a las personas a cuestionar las reformas. Esto, a su vez, provocó una serie de problemas sociales. Los cambios políticos y económicos tuvieron inevitablemente un enorme impacto en la cultura. La creación artística de este periodo también reflejaba las características sociales de la época, mostrando las ideologías en sintonía con el régimen económico y político. Esta tesis toma el cine chino de la sexta generación como objeto de investigación. Basándose en el estudio del texto fílmico, explora la relación estrecha entre el cine de la sexta generación y el imaginario social, y analiza la crisis de identidad de la sociedad y del individuo reflejada en la obra de sus directores, como resultado de las circunstancias del período de transición. Aplicando las teorías filosóficas, sociológicas, antropológicas y cinematográficas, aborda específicamente la imagen e imaginación urbana en el cine de la sexta generación, con especial atención a los personajes de clases inferiores y marginales desde la perspectiva de la identidad individual. Esta generación de cineastas ha estado acompañada por la controversia desde su surgimiento, pero su obra documenta con fidelidad la realidad china encubierta por el discurso dominante. El cuerpo principal de la tesis consta de cuatro capítulos en total. En el primero, se realiza un análisis general del contexto histórico. Presentando la división de las generaciones de directores chinos desde la perspectiva de la historia cinematográfica, se remonta a sus orígenes y discute su racionalidad. La división coincide con los cambios en el desarrollo de la sociedad china. En la obra de cada generación de directores, se pueden encontrar las características en común, que reflejan las características de la época, y sus obras representativas se convierten en símbolos culturales de cada época histórica. En sentido amplio, la sexta generación de directores se refiere a los que estudiaron en las academias de cine a mediados o finales de los ochenta y empezaron a filmar en los noventa. A pesar de que sus obras tienen sus propios rasgos, en términos de la creación, siguen mostrando una coherencia general en cuanto a características artísticas y búsquedas estéticas. Por ejemplo, sus obras muestran, en diversos grados, una atención a las experiencias vitales y a la cosmovisión de los individuos en la transformación, y una preocupación humanista por los grupos desfavorecidos y las clases inferiores. En cuanto al lenguaje cinematográfico, suelen perseguir una textura original y áspera, utilizan una gran cantidad de planos secuencia y un lenguaje estilizado o personalizado. En esta parte, también se presentan brevemente algunos de los directores importantes de la sexta generación, como Zhang Yuan, Wang Xiaoshuai, Jia Zhangke y Lou Ye. En general, la industria cinematográfica china de la década de 1990 mostraba un panorama complejo y múltiple. El potente cine de propaganda difundió la ideología dominante de China. La quinta generación de directores, de renombre tanto en el país como en el extranjero, se encontraba aún en un periodo de actividad creativa y, junto a la influencia de la ola de comercialización, los cineastas de la sexta generación lucharon inicialmente por sobrevivir en las grietas. Por lo tanto, en este capítulo también se analizan los impactos provocados por la globalización, las reformas económicas y políticas, y el sistema cinematográfico en la creación de esta generación, desde las perspectivas del entorno externo y del sistema interno. En el segundo capítulo, se analizan en profundidad las características del realismo en las obras de la sexta generación. Tal y como se ha mencionado, aunque estos cineastas tienen sus propio estilo de creación, existen características en común en sus rasgos artísticos y búsquedas estéticas. En primer lugar, en este segundo capítulo, se presentan las diversas manifestaciones del realismo en el cine chino en las distintas épocas. Se explica la inevitabilidad de la aparición del neorrealismo en el cine de la sexta generación. A continuación, se analiza desde diferentes perspectivas la encarnación específica del neorrealismo en estas obras. A continuación, se eligen dos directores importantes, Lou Ye y Jia Zhangke, para analizar el lenguaje audiovisual y las características estéticas de sus obras. Por ejemplo, en la obra de Lou Ye, se utilizan el plano secuencia para crear una atmósfera poética y la cámara en mano para resaltar la incertidumbre interior y la mentalidad a la deriva de los personajes. Jia Zhangke, por su parte, es igualmente hábil en el uso de planos secuencia para retratar detalladamente las emociones internas de sus personajes, así como en el uso de dialectos y actores no profesionales para dar a la película un estilo de documental. Además de estos dos directores, también se incluye una selección de obras de otros creadores de este grupo para analizar su estética neorrealista, como East Palace, West Palace (Dong Gong Xi Gong, Zhang Yuan, 1996), Mama (Ma Ma, Zhang Yuan, 1991) y Frozen (Ji Du Han Leng, Wang Xiaoshuai, 1994). La coherencia en la elección de las temáticas por parte de los directores de la sexta generación también pone de relieve sus búsquedas artísticas. Las vivencias de grupos como la homosexualidad, los trabajadores inmigrantes, los jóvenes extraviados en su rumbo vital, y los rebeldes músicos de rock se expresan repetidamente en su creación, especialmente en sus primeras obras. En este capítulo, se interpretan las características neorrealistas en el cine de la sexta generación, descubriendo los fenómenos y los problemas sociales que se esconden tras el estilo, forma y contenido de su creación artística. En el tercer capítulo, se adopta una perspectiva urbana y se analiza la realidad social contenida en las películas de la sexta generación a través de la construcción del tiempo y el espacio de las ciudades. En primer lugar, se explican las razones por las que se considera a los directores de la sexta generación como ¿la generación urbana¿ y los orígenes de esta denominación. Se comparan con las distintas manifestaciones del tema urbano en las obras de los directores de las distintas generaciones. En segundo lugar, se analizan las principales características de la ciudad en los años noventa. En el primer capítulo, se había analizado el contexto histórico con una introducción inicial sobre los impactos de las reformas políticas y económicas de China en la industria cinematográfica en las décadas del 80 y 90. Pues bien, este tercer capítulo presenta un análisis en profundidad del contexto social de los años 90 para explorar la imagen e imaginación de la ciudad en el cine de la sexta generación. La sociedad china de los años 90 mostraba una fractura. El entorno político, económico y cultural de este periodo ofrecía un contexto que no era homogéneo. La mezcla de premodernidad, modernidad y posmodernidad, junto con los residuos del colectivismo del pasado crearon un contexto social complejo y ambiguo. El postsocialismo puede utilizarse, por tanto, para resumir la naturaleza y las características de la sociedad en transición. A finales de la década de 1980, especialmente tras la agitación política del 89, las características sociales del postsocialismo se hicieron más evidentes a medida que las reformas se profundizaban y se revelaban gradualmente. Así pues, además de las reformas, el postsocialismo también incluyó algunos fenómenos sociales específicos del periodo de transición. El discurso de la Inspección del Sur de Deng Xiaoping expuso la idea de una economía de mercado socialista. A continuación, en el XIV Congreso del Partido Comunista, se propuso oficialmente el establecimiento de un sistema de economía de mercado socialista como objetivo de la reforma del sistema económico. No obstante, en la profundización de las reformas, se agravaron una serie de problemas sociales. Por ejemplo, la corrupción del poder en el mercado, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, y las desigualdades en la distribución de los recursos y la apropiación de la riqueza. Estos productos directos o indirectos del postsocialismo se reflejan directamente en la ciudad. Por ejemplo, en el proceso de reforma de las empresas estatales, muchas de ellas fracasaron como consecuencia directa de la transformación, lo que provocó la quiebra, el declive económico. Los habitantes pierden el trabajo también su seguridad en la vida. Los trabajadores inmigrantes ponen mucho de su parte en la construcción de la modernización de la ciudad, pero nunca son aceptados por ella y soportan malas condiciones de vida. Los mineros que trabajan en las minas de carbón ilegales soportan un gran riesgo por un mísero salario. Esta es la otra cara de la ciudad que se oculta. A través de la construcción del espacio y el tiempo en las películas de la sexta generación, se puede ver la imagen compleja y fracturada de la ciudad en el contexto social del postsocialismo. En el cuarto capítulo, tratándose el individuo como el objeto de investigación, se analiza la crisis de identidad en el periodo de la transición desde la perspectiva tanto del no lugar como del personaje marginal. La sexta generación surgió en un contexto postsocialista en el que las reformas en todos los aspectos condujeron a cambios sociales constantes. La rápida modernización y urbanización también provocó movimiento de la población del campo a la ciudad. La sociedad se encontraba en un estado fragmentado e inestable. El contexto urbano en el cine de la sexta generación está lleno de incertidumbre y temporalidad. La ciudad postsocialista, con estas características, responde a la definición de no lugar de Marc Auge, y como los no lugares representativos se tienen a las calles y estaciones. A través de estos no lugares, el director pone de relieve el estado de la mentalidad a la deriva de los personajes y su falta de pertenencia a la ciudad. En esta sección, el análisis del espacio geográfico exterior se extiende al mundo mental de los personajes para interpretar la ansiedad existencial y la pérdida del presente a las que se enfrentan los individuos durante el proceso de transformación de la China contemporánea. Los directores de la sexta generación estuvieron condicionados por las dificultades de acceso al capital de financiación, la cultura cinematográfica forjada por los directores de la generación anterior y el propio régimen político desde el momento en que surgieron, y ellos mismos quedaron un tanto marginados. Algunas de las primeras obras documentaban sus propias experiencias vitales y, por tanto, proyectaban un cierto grado de esta marginalidad en su obra. Además, la sexta generación, como observadores de la sociedad, intentó restaurar la realidad con la cámara y registrar a los grupos sociales desfavorecidos. Por eso, no es difícil comprobar que en sus creaciones aparecen numerosos personajes marginales. En esta sección se han elegido dos tipos de personajes. Uno perteneciente a las clases inferiores de la China contemporánea, y el otro experimenta un periodo de inestabilidad psicológico y se encuentra en una situación de vulnerabilidad. La estructura social de China se ajusta constantemente a medida que avanzan las reformas impulsadas por las política del gobierno. Por ejemplo, la reforma de las empresas estatales ha provocado directamente el desempleo de una gran cantidad de trabajadores, y las políticas de reforma agraria han dejado como consecuencia la pérdida de la seguridad de los medios de subsistencia de los campesinos sin tierra que han tenido que buscar trabajo en las ciudades. Los agricultores de renta baja, los desempleados urbanos y los trabajadores inmigrantes, estos tres grupos directamente afectados por las reformas, han pagado el precio de la modernización de China. Sin embargo, su difícil situación quedó eclipsada por el discurso dominante. En sus películas, los directores de la sexta generación han elegido a estos grupos de personas situados en lo más bajo de la escala social como los protagonistas para documentar su difícil supervivencia. Sin embargo, no son ellos los únicos integrantes de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, los habitantes urbanos también se encuentran marginados por su extrema vulnerabilidad psicológica. Carecen de un sentido de pertenencia y esto les provoca una crisis de identidad. La represión de la personalidad humana en el espacio urbano acabará reflejándose en la dimensión psicológica del individuo. El estado mental del ser humano se ve alterado por la alienación de la ciudad. Al mostrar su espacio vital aplastado y su estado mental alienado, los directores de la sexta generación han expuesto la ansiedad existencial, el vacío espiritual y la confusión de valores de la sociedad en el periodo de transición tomando como sujetos a artistas pioneros, músicos de rock y jóvenes que no encuentran rumbo. El cine de la sexta generación documenta la realidad social de la China contemporánea fuera del discurso dominante, exponiendo las crisis individuales y sociales del periodo de la transición.