Dolmen de Sotorestauración y puesta en valor, un proceso de diagnosis y conocimiento del bien cultural

  1. Juan José Fondevilla Aparicio coord.
  2. José Antonio Linares Catela

Editorial: Consejería de Cultura ; Junta de Andalucía

Año de publicación: 2014

Tipo: Libro

Resumen

Ocho décadas después de que el propio Hugo Obermaier en un artículo publicado en 1924 en el Tomo XXXII del Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, diese cuenta de las circunstancias peculiares en las que acaeciese el descubrimiento del Dolmen de Soto en palabras del propio Armando de Soto, que trasladó a éste en una carta remitida en el mismo año de su descubrimiento, el 5 de octubre de 1923, el proceso de restauración y puesta en valor del Dolmen de Soto llevado a cabo por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha supuesto un “redescubrimiento” de este significado Bien de Interés Cultural, habiendo sacado a la luz aspectos relacionados con su historia y su realidad constructiva y conformación arquitectónica que permiten ahondar en su conocimiento científico y establecer nuevos retos de investigación futura. Lo que en inicio representó la búsqueda en el conocido como “Cabecillo del Zancarrón” de la tumba de Mohamad Ben Muza, siguiendo las pesquisas de la información contenida en el acta de 8 de enero de 1823 referentes a la diligencia de demarcación de la finca La Lobita, obrante en el archivo municipal del Ayuntamiento de Trigueros, como narra el propio Armando de Soto en esta interesantísima carta, supuso a la postre uno de los más destacados hallazgos arqueológicos de la historia y un hito en la arqueología contemporánea. Ese espíritu de búsqueda incansable presente en los inicios de este hallazgo ha seguido vivo e incluso se ha alentado y revestido de rigor científico en el trabajo que los distintos especialistas que han participado en el proceso de investigación del Dolmen de Soto, llevaron a cabo en esta década de incansables esfuerzos de restauración patrimonial, que igualmente han aportado resultados sorprendentes como el descubrimiento del círculo de piedras neolítico y ha permitido como aludíamos con anterioridad un auténtico “redescubrimiento” del Dolmen, que a buen seguro aún no ha dejado de sorprender a la comunidad científica y que futuras investigaciones podrán cosechar nuevos frutos, equiparables a los obtenidos por el equipo interdisciplinar que abordó este apasionante reto cuyo proceso y metodología de restauración hemos entendido oportuno plasmar en esta publicación divulgativa, dando cuenta con ello, del rigor y dedicación con el que tales trabajos se llevaron a cabo.