Pacto de silencioanálisis de la información en los medios de comunicación españoles durante el secuestro de periodistas en Siria por parte de grupos terroristas yihadistas
- PLAZA SÁNCHEZ, MARÍA CRISTINA
- Rafael Carrasco Polaino Director
- Ernesto Villar Cirujano Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 03 de marzo de 2023
- Montse Mera Fernández Presidenta
- José Miguel Hernández Barral Secretario
- Xosé Ramón Rodríguez Polo Vocal
- Patricia Lafuente Pérez Vocal
- Álvaro Luna García Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La Primavera Árabe de 2011 se tradujo en revoluciones en un gran número de países en Oriente Medio, en los que la sociedad civil se movilizó para terminar con la dictadura e instaurar una democracia. Con el paso del tiempo, las manifestaciones más o menos pacíficas, revueltas, protestas y represiones violentas se fueron diluyendo en bastantes países, excepto en Siria. La guerra civil siria ha sido un reto para los periodistas de muchas partes del mundo. La necesidad de informar en zonas que no estaban controladas por el régimen sirio ha hecho que varios profesionales de la información se desplacen a los lugares más peligrosos del país para informar de lo que estaba ocurriendo, zonas controladas en su mayoría por grupos rebeldes en los que la presencia terrorista estaba a la orden del día. Seis periodistas españoles fueron secuestrados durante el conflicto sirio. Por un lado, Javier Espinosa, Ricardo Vilanova y Marc Marginedas fueron capturados por Estado Islámico en septiembre de 2013. Tras seis meses de cautiverio, sus secuestradores les liberaron. Antonio Pampliega, Ángel Sastre y José Manuel López fueron secuestrados por Al Nusra, una facción de Al-Qaeda en Siria, en julio de 2015. Su cautiverio se considera el más largo de la historia del periodismo español tras estar diez meses retenidos por los terroristas. El objeto de la investigación es conocer si existe un apagón informativo cuando se producen secuestros de periodistas españoles en Siria por parte de grupos terroristas como Estado Islámico y Al Qaeda, así como en conocer si ese silencio se impuso por parte del Gobierno y los servicios de inteligencia o cada medio de comunicación apeló a la ética y responsabilidad profesional para no interferir en las posibles negociaciones que se estuvieran llevando a cabo. De hecho, según la información recabada por la autora de este trabajo, la presente es la primera tesis que se hace de estas características y la única en la que se ha investigado en profundidad los secuestros de periodistas españoles por parte de grupos terroristas, en zonas de conflicto. Este estudio también pretende conocer el impacto de la información periodística durante un secuestro de este calibre, hacer una comparación entre los dos casos de secuestro de periodistas españoles durante la guerra civil siria e investigar si existe algún tipo de información que pueda perjudicar a los cautivos. Por otro lado, también tiene como objetivo conocer si el apagón informativo se puede aplicar tanto a otros países con los mismos casos, como a secuestros llevados a cabo por otras organizaciones criminales ajenas a la naturaleza yihadista. El análisis realizado refleja que hay ciertos tipos de información que pueden perjudicar tanto a las negociaciones como al bienestar de los periodistas durante su secuestro. También muestra que existen diferencias de patrones informativos entre ambos casos, rompiéndose en el primero el silencio en un momento dado. Dicho apagón es efectivo dependiendo de las motivaciones que tenga cada organización criminal a la hora de realizar el secuestro, por lo que no es aplicable a todos los casos de retenciones ilegales. Los resultados demuestran la existencia de un apagón informativo varios días después de que el secuestro de Pampliega, Sastre y López abriera los informativos de los principales medios de comunicación españoles. Dicho silencio se produjo tras la recomendación del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y apeló a la responsabilidad profesional y ética de cada medio, no a la censura informativa. Por otro lado, diariamente tampoco hubo suficiente información para publicar noticias durante los diez meses de secuestro. Algo que fue propiciado por el Gobierno y las familias con el objetivo de que se respetase este embargo informativo