Espacios, esferas, opinionesLos avisos manuscritos de Bolonia y la dimensión pública en la Edad Moderna

  1. CARACCIOLO, CARLOS HÉCTOR
Dirigida por:
  1. Marina Alfonso Mola Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 24 de julio de 2023

Tribunal:
  1. Carlos Martínez Shaw Presidente/a
  2. Rafael Valladares Ramírez Secretario/a
  3. Gloria Ángeles Franco Rubio Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 820478 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

La presente tesis se ocupa de un corpus de avisos manuscritos publicados en Bolonia, Italia, durante la segunda y tercera década del siglo XVIII. Los avisos eran un medio de información surgido a fines del siglo XV, en los ambientes de las correspondencias diplomáticas y comerciales. Junto con las relaciones de sucesos, que eran un medio de información impreso y que daban noticias de un solo evento por cada publicación, los avisos estaban formados por una serie de noticias que podían referirse a distintas ciudades o lugares del continente y que eran enviados por corresponsales generalmente fijos. Este es el modelo seguido desde el siglo XVII por las gacetas, las cuales pueden considerarse una síntesis de los avisos y de las relaciones de sucesos. Sin embargo, los avisos podían también dedicarse exclusivamente a los acontecimientos de una sola ciudad, normalmente la ciudad donde se publicaban, como es el caso de estos avisos boloñeses. La colección de avisos que aquí nos ocupa se encuentra en forma, por así decir, anónima insertos en la obra monumental de un cronista boloñés: Memorie antiche manoscritte di Bologna, del sacerdote Antonio F. Ghiselli, conservada en la Biblioteca Universitaria de dicha ciudad. Se trata de 92 volúmenes que tratan de la historia boloñesa desde sus orígenes hasta la época de su autor, el cual finalizó los primeros ochenta y ocho volúmenes, que llegan hasta el año 1715. Los restantes volúmenes son en realidad cajas de archivo donde se conservan, año por año, es decir desde 1716 hasta mediados de 1729, los borradores autógrafos de Ghiselli y las fuentes necesarias para continuar la escritura: documentos originales y en copia, y los avisos manuscritos, que constituyen la parte más consistente del material. Ghiselli continuó recogiendo documentos y avisos hasta pocos meses antes de su muerte, acaecida el 28 enero de 1730. Si bien la crónica de Ghiselli es bien conocida entre los estudiosos, los avisos no han sido nunca considerados y mucho menos analizados, en cuanto medio de comunicación de noticias. En las ocasiones en que fueron usados como fuente, se los citaba como parte integrante de la obra de Ghiselli, sin ninguna distinción. En cambio, los avisos boloñeses eran parte del sistema de circulación de noticias junto a la gaceta (impresa en la ciudad desde 1642) y a las relaciones de sucesos (de las cuales se conocen ejemplares impresos en Bolonia desde 1530, con ocasión de la coronación de Carlos V). Mientras los dos medios de información impresos no se ocupaban sino de forma excepcional de lo que ocurría en la ciudad, la vida en Bolonia (y en menor medida en su territorio), éste era el tema exclusivo de los avisos manuscritos. Esta atención por los acontecimientos de la ciudad no es única entre los avisos de la época. Se la encuentra en los avisos de otras ciudades como Roma y Nápoles. En cambio, lo que los diferencia de los avisos de estas ciudades es que Bolonia no era una capital donde las cuestiones políticas tuvieran una gran resonancia. De aquí dos aspectos importantes de la investigación: que los avisos no fueron nunca estudiados en cuanto tales y que sus noticias no estaban concentradas sobre la actividad de un gobierno o de una corte. Estos aspectos se transformaron durante la investigación en criterios para el análisis de las fuentes. La lectura de los avisos no debía detenerse en la inmensa cantidad y variedad de nuevos datos que ofrecían sobre la sociedad boloñesa de la primera mitad del siglo XVIII: el trabajo debía tener como eje principal los aspectos informativos y de comunicación. Se debía tener en cuenta la sustancial diferencia que los avisos tenían respecto a las crónicas o a los diarios privados escritos en los mismos años. Mientras estos últimos tenían una función privada o se proponían una difusión limitada y para las generaciones futuras, los avisos eran concebidos como una mercancía que se publicaba semanalmente en la ciudad con la aspiración de una gran difusión. En la primera parte del trabajo se introducen los hechos fundamentales de la historia política de Bolonia desde el siglo XV y las características generales del mercado de noticias (Introducción y Capítulo I). El Capítulo 2 está dedicado a describir las grandes líneas del mercado de noticias en el ámbito boloñés: origen, desarrollo y características. En el Capítulo 3 se considera el contenido de los avisos boloñeses. Es el capítulo más consistente y se ha desarrollado a partir de una lectura lo más "densa" posible de los avisos, analizando los contenidos y las formas. A partir de esta lectura se fueron delineando los temas más importantes (crónica de sucesos, entretenimientos, política, economía, acontecimientos religiosos, etc.) y, en consecuencia, también los sujetos sociales más representados. Para analizar los avisos ha sido útil consultar otras fuentes. Por un lado, las mencionadas crónicas y diarios que están conservados principalmente en los fondos antiguos de la Biblioteca Universitaria y del Archiginnasio, en Bolonia. Han sido consultados, además, otros documentos contemporáneos que nos ofrecían detalles y puntos de vista distintos de algunos hechos relatados por los avisos. Ha sido muy útil también la comparación de los avisos boloñeses con otros publicados en otras ciudades. Al mismo tiempo, resultan de interés las publicaciones locales que formaban parte del sistema de información de la época: la gaceta de Bolonia y las relaciones de sucesos impresas en la ciudad, así como también las gacetas publicadas por aquellos años, en particular algunas extranjeras. Otras obras han sido relevantes para profundizar en el conocimiento del contexto en que se publicaban los avisos, como los bandos gubernativos, los repertorios de las calles de la ciudad o alguna guía de Bolonia, útil para los viajeros de la Edad Moderna y para el historiador de hoy en día. Así mismo han sido útiles algunos mapas de la ciudad, en particular uno de 1702 donde se señalaban no solo las iglesias y los edificios públicos (elementos normales en los mapas de la época), sino también los teatros, confirmando el importante rol que tenían en la vida social, como se puede leer en las páginas de los avisos. La tercera parte del estudio ha sido dedicada al análisis de la función social de los avisos, o en otras palabras el rol o el lugar que ocupaban en la sociedad boloñesa. Para desarrollar esta etapa era necesario valerse de los marcos conceptuales que han sido ya utilizados en el ámbito de los Media Studies, en primer lugar el conocido estudio de Jürgen Habermas, aunque han sido fundamentales también los trabajos de Benedict Anderson y Noelle-Neumann. En cuanto a los resultados de la investigación, es posible decir que ningún tema entre los abordados por los avisos resulta decididamente prevalente sobre los demás. En cambio, aparece más claro que el sujeto social más frecuente en las páginas de los avisos es la aristocracia. En particular la alta aristocracia ciudadana. Esto no quiere decir que los otros sujetos sociales como la burguesía o los sectores que hoy llamaríamos "populares" no tengan importancia en el balance interno de los avisos. Este punto nos lleva a considerar la última etapa del análisis. Sin duda el trabajo de Habermas es el punto de partida obligado para afrontar el análisis de un medio de información del siglo XVIII. Durante la investigación ha sido considerado su marco conceptual y se ha aplicado a los avisos boloñeses. Sin embargo, la visión principalmente política del marco conceptual de Habermas queda estrecha para el contenido de los avisos. Además de la política, los avisos crean otras esferas: la religiosa, la referida a la vida social de la élite ciudadana, la de la vida pública en general y la de las actividades económicas. Las esferas constituyen un espacio de intercambio de visiones, de opiniones que son alimentadas por los avisos. Las que aparecen más desarrolladas en los avisos son la religiosa, la teatral, en particular la ópera lírica, y ciertamente la política. Sin embargo, este tipo de análisis excluía una buena parte de las noticias que no encontraba razón de ser en la explicación de carácter habermasiano. Las noticias que narraban hechos "menores", no podían ser dejadas a un lado. La obra de Benedict Anderson sobre el origen del nacionalismo y de la formación de las identidades nacionales, se reveló fecunda desde este punto de vista. A pesar de referirse a un siglo después respecto a los años de los avisos, el análisis y las reflexiones de Benedict Anderson podían ser aplicados al contexto boloñés de la primera mitad del siglo XVIII. Es decir que los avisos habrían difundido discursos con capacidad aglutinante, creando o reforzando la formación de identidades colectivas que superaban las rígidas clases sociales del Antiguo Régimen y se extendían más allá de los límites del pueblo y de la ciudad. De hecho, algunos pasajes de la obra de Benedict Anderson referidos a los años post-revolucionarios representan la experiencia que podría haber tenido un lector de los avisos boloñeses varias décadas antes. En síntesis, este trabajo ha puesto en evidencia los contenidos de los avisos (temas, sujetos sociales) y sus aspectos comunicativos. Además ha reconstruido algunas prácticas del oficio de escritor de avisos (menante) y, gracias a la comparación con otros textos, ha revelado el nombre de uno de los autores, Antonio Barilli. Por último, este trabajo delinea las funciones sociales de los avisos: en primer lugar informar, luego crear y alimentar distintas esferas en el ámbito público y, por último, contribuir a la formación y fortalecimiento de la identidad local, más allá de las divisiones sociales.