El vino, compañía y síntoma

Resumen

Este capítulo propone un recorrido por diversos tipos de coplas, desde las más ligeras o alegres hasta las más dramáticas, donde los personajes beben vinos y otras bebidas alcohólicas, para reforzar lazos de unión con otros, o para ahogar sus penas, generalmente provocadas por desengaños y desgarros amorosos. Cumple, pues, dos funciones: la de fortalecer el vínculo y la de refugio ante el desamor y la soledad irresoluble. Las dos caras de la moneda han sido cantadas en la poesía y en géneros musicales diversos, entre ellos la canción española. El beber alegre suele ir asociado a las alabanzas a la fiesta, las reuniones amistosas o las virtudes de la localidad, la región o el país. En cambio, el beber triste apunta a la amargura de una experiencia de sufrimiento tan personal e intransferible que no puede ni contarse, por mucho que el vecindario quiera saber. Lo cual deja en el aire el misterio característico de algunas heroínas de la copla.