Artistas semanales. El oficio del caricaturista en el Sexenio revolucionario (1868-1874)
- REDONDO GONZÁLEZ, BLANCA
- Francisco Javier Arnaldo Alcubilla Director
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 08 de noviembre de 2023
- María Aurora Fernández Polanco Presidente/a
- Ignacio Estella Noriega Secretario
- Luis Sazatornil Ruiz Vocal
- Eduardo Higueras Castañeda Vocal
- Marie Linda Ortega Kuntscher Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Gracias a la liberad de imprenta observada en la Constitución de 1869, promulgada tras la expulsión de los Borbones, la profusión de publicaciones periódicas favoreció el desarrollo del género de la caricatura. Viñetas y láminas poblaban numerosos periódicos satíricos y se constituyeron como un importantísimo medio de opinión. La presente investigación propone el estudio de la producción caricatural durante el Sexenio revolucionario o democrático colocando en el centro de la misma a los dibujantes satíricos. El marco geográfico se circunscribe a las ciudades de Barcelona y Madrid, los dos principales focos de producción de prensa satírica. La vía que ha permitidofocalizar el análisis ha sido el estudio de su labor, que consistió en transmitir, mediante el dibujo deformado, un mensaje político. Para lograr esta deformación, destinada a ridiculizar y desacreditar a los personajes de la esfera política los caricaturistas hacían uso de una serie de herramientas y procedimientos deformantes y de un vocabulario caricatural. Por otro lado, su oficio estaba condicionado por los medios de reproducción de los que disponían las publicaciones, por la frecuencia de publicación y por los mecanismos de censura que se mantenían a pesar de que la nueva constitución recogía la libertad de imprenta.El punto de partida de este trabajo es la definición de la caricatura para el Sexenio y la presentación de los dibujantes satíricos máscélebres. A continuación, se desarrollan los recursos de deformación que emplearon, para recapitular, después, las condiciones enlas que ejercieron su oficio. Al inmenso panorama de caricaturas se suma la riqueza de información no icónica contenida en elaparato textual de los semanarios, que ha sido el que más ha favorecido la desviación del enfoque del estudio hacia los dibujantes. Con todo, el objetivo que persigue esta investigación es determinar las herramientas de deformación y las condiciones de trabajo de los caricaturistas a la luz de la doble voz con la que los caricaturistas hablaban a través de sus lápices, la voz política y la voz artística. La voz política es la que ha revelado la iconografía caricatural del Sexenio: los asuntosy personajesque reflejaban en sus dibujos y los modos en que presentaban a los protagonistas del panorama político del Sexenio. La voz artística es la que explica quiénes eran los caricaturistas del Sexenio. A pesar del uso de seudónimos o de la anonimia, los nombres más célebres han facilitado valiosos datos relacionados con su formación artística y la consideración de su oficio. Además,las caricaturas son un provechoso testimonio en tanto que muestran citas a la historiadel arte aplicadas por los dibujantes y lastécnicas en las que se grabaron o imprimieron sus dibujos. Según los resultados obtenidos, queda confirmada la relevancia de abordar la caricatura del Sexenio a través de sus creadores. Por una parte, incidir en el sujeto que hay tras los dibujos planteala producción caricatural como un diálogo entre caricaturistas y público:se define en su totalidad el proceso de comunicación que tenía lugar. Por otra parte,favorece la profundización en el porqué de los recursos. Estos procedimientos hacían accesible la comunicación a una amplia horquilla de público y se constituyeron como vías para deformar y, por tanto, ridiculizar, a los oponentes. Gracias a estos mecanismos y a las estrategias de reclamo blandidas por los semanarios satíricos la caricatura se convirtió en un arma de descrédito muy potente. Potencia ratificada a través de las medidas censoras, legales y extraoficiales. Por último, cabe señalar que el estudio de la producción caricatural en dos ciudades ofrece un interesante panorama comparativo.