Hacia una nueva televisión multiactiva, interpersonal, social y conectada

Resumen

La televisión ha evolucionado a gran velocidad desde el apagón analógico; la tecnología ha sido su auténtico motor de cambio. Gracias a la convergencia tecnológica, el abaratamiento de los costes, la movilidad y el uso masivo de los nuevos dispositivos así como el de las redes sociales, estamos viviendo un nuevo concepto en los medios de comunicación. El consumo está cambiando de forma radical, y surgen nuevas necesidades que definen el camino hacia una televisión multiactiva, interpersonal, social y conectada. El nuevo consumidor se caracteriza por ser un espectador que crea su propia parrilla de contenidos, y que promueve la participación, el feedback y la interacción tanto con los medios emisores como con otras personas o grupos interesados en los mismos contenidos. Frente al tradicional consumo familiar de la televisión en la era analógica, ahora impera el consumo individual. La televisión social se amplifica gracias a la concurrencia de pantallas, es decir se usa el Smartphone o la tableta para comentar, enriquecer, recomendar, votar, y crear opiniones de los contenidos a través de las redes sociales mientras se ve la televisión. La tecnología también ha permitido crear una televisión ubicua, es decir accesible desde cualquier lugar, donde la visualización se establece en cualquier pantalla conectada a Internet. Los contenidos de las cadenas generalistas y de las de pago ya están en las Webs y en las aplicaciones adaptadas a los teléfonos móviles, de modo que se pueden ver los contenidos a la carta y los que se trasmiten en vivo. De esta manera se abre un nuevo mundo de oportunidades para todos los participantes: la industria audiovisual, los fabricantes de televisores, las operadoras de telecomunicaciones, las empresas de tecnología y el público consumidor. La revolución digital está servida: nos comunicamos y nos relacionamos con un nuevo modelo.