Efectos a corto y largo plazo de un programa de educación nutricional sobre el estado nutricional de pacientes con enfermedad renal crónica avanzada

Resumen

La prevalencia de malnutrición en pacientes con enfermedad renal crónica es elevada, y se asocia con mayor morbilidad y mortalidad. Actualmente se utiliza el térmico desgaste proteico energético para definir aquel estado patológico que se caracteriza por la pérdida progresiva de los depósitos energéticos y proteicos. En la presente tesis doctoral se ha procedido a evaluar la influencia de una intervención nutricional individualizada en pacientes con enfermedad renal crónica avanzada sin diálisis, así como sus efectos inmediatos y a largo plazo. Es un estudio longitudinal, intervencionista de dos años de duración con un diseño en cuatro fases, realizado sobre la misma cohorte de 186 pacientes. En la primera fase se estudió en 186 la prevalencia de malnutrición medida por valoración global subjetiva y de desgaste proteico energético utilizando criterios del mismo. En la segunda fase, se evaluó en 74 pacientes la dieta, mediante registro dietético y se comparó con las ingestas recomendadas de energía y nutrientes para población sana y población renal. En la tercera fase, se evaluó la eficacia y seguridad en 126 pacientes de un programa de educación nutricional individualizado sobre el estado nutricional. Y en la cuarta fase, se estudió la influencia de dicho programa a largo plazo, 2 años, sobre mortalidad y número de ingresos hospitalarios, comparando 124 pacientes que habían realizado el programa de educación nutricional y 45 que solo habían realizado la visita basal. Los resultados mostraron que la presencia de desgaste proteico energético y de malnutrición es elevada, siendo significativamente mayor en mujeres. El desgaste proteico energético en esta fase de la enfermedad muestra asociación con proteinuria, porcentaje de ingesta lipídica, recuento total de linfocitos e índice de masa celular corporal. En relación a la ingesta, se encontró un bajo cumplimiento en el consumo de vitamina D y de folatos .Los hombres consumían más alcohol y vitamina D, y las mujeres de ácidos grasos trans y vitamina B. Tras realizar el programa de educación nutricional disminuyó significativamente el porcentaje de pacientes con desgaste proteico energético, en el colectivo de mujeres de manera no significativa y tres entraron en situación de desgaste. La función renal se conservó. Un tercio de los pacientes realizaron el programa de educación nutricional y recibieron suplementación nutricional oral debido a no cubrir los requerimientos de ingesta. Manteniendo función renal y mejorando significativamente la situación de desgaste. A los dos años de recibir el programa de educación nutricional, en los 124 pacientes que habían recibido el programa de educación nutricional hubo menor incidencia de ingresos hospitalarios. La mortalidad se relacionó con haber recibido el programa de educación nutricional, la edad y el sexo. Como principales conclusiones, consideramos que un programa de educación nutricional individualizado es efectivo a corto plazo al mejorar el estado nutricional, y eficaz al mantener los valores de función renal, en pacientes con enfermedad renal crónica avanzadas sin diálisis. Y a largo plazo disminuye el número de ingresos hospitalarios y la incidencia de mortalidad.