José Estruchapuntes para la dirección escénica en España

Resumen

El alicantino José Estruch, nacido en 1916, fue uno de los muchos exiliados que hubieron de salir de España al finalizar la Guerra Civil española en 1939. Tras permanecer seis meses en un campo de concentración francés pudo pasar a Inglaterra, país en el que permanecería diez años hasta que en 1949 se traslada a Uruguay para no regresar a España definitivamente hasta 1969.En el país británico se ocupa del cuidado y educación de los niños vascos que habían sido evacuados después del bombardeo de Guernica y que aún permanecen acogidos en diversas colonias. Con ellos comienza su vínculo con el teatro, utilizando el texto y su puesta en escena como herramienta para la recuperación de una lengua que estaban perdiendo. Continúa de este modo con la recuperación de las obras clásicas denominadas de género menor que en España habían sido puestas en pie por el Teatro del Pueblo y por La Barraca. A las piezas de Lope de Rueda y Miguel de Cervantes une las de Alejandro Casona o Federico García Lorca. La enfermedad de su padre lo lleva a Uruguay, país en el que aquél está exiliado. El viaje que iba a durar unos meses se alarga veinte años. Y es aquí donde Estruch se convierte en un verdadero hombre de teatro. Desde la dirección escénica, encuentra en esta disciplina la manera de estar en la España peregrina, el modo de mostrar España con los autores áureos como base. A su amado Lope de Vega aúna Valle-Inclán y Shakespeare. Su aportación a la evolución del Movimiento de Teatro Independiente desde el grupo Club de Teatro fundamentalmente a la consolidación de la Comedia Nacional; a la transformación de la concepción escénica musical con la Asociación Uruguaya de Artistas Líricos; y a la formación de hombres y mujeres de teatro en la Escuela Municipal Arte Dramático de Montevideo, lo determinan como pieza clave en la creación de un Teatro Nacional uruguayo.Con su regreso a España abandona la dirección escénica profesional. En la Real Escuela Superior de Arte Dramático encamina sus esfuerzos a la renovación teatral desde la base, trasmitiendo a los alumnos su amor por los clásicos y por el teatro.En 1990 el Ministerio de Cultura, a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, le concedió el Premio Nacional de Teatro como reconocimiento a los más de cincuenta años de vida dedicados al ámbito teatral.El día 24 de julio de ese mismo año fallecía en una clínica madrileña