Valoración del estado nutricional juzgado por parámetros dietéticos y de composición corporal en dos grupos de población adulta

Resumen

Para mantener una capacidad funcional satisfactoria y por tanto una salud óptima, es imprescindible disfrutar de un estado nutricional correcto. Conseguir que mejore la calidad de vida de los individuos pasa por mejorar su estado nutricional y para lograrlo es necesario realizar previamente una valoración del mismo y así corregir los posibles problemas que de él puedan derivarse. Son numerosos los estudios realizados tanto en nuestro país como fuera de él para evaluar el estado nutricional en algunos grupos como niños, adolescentes, embarazadas y ancianos y grupos especiales como deportistas o enfermos, sin embargo, son muy pocos los realizados en personas sanas en etapas intermedias de la vida. El adulto de 20 a 65 años tiene una importancia social indiscutible, pues en él descansa de forma casi total la capacidad de producción y servicio, por lo que adquiere gran relevancia la evaluación nutricional de este grupo dentro del contexto sanitario de cualquier población. Este trabajo pret ende valorar transversalmente los hábitos alimentarios y el estado nutricional de dos grupos de población (jóvenes universitarios de 18 a 24 años y adultos mayores de 50 a 62 años) mediante la realización de diversas pruebas (dietéticas, antropométri cas, bioimpedancia y calorimetría) tratando de detectar posibles situaciones de riesgo para la salud relacionadas con alteraciones en el peso y en la distribución de la grasa corporal y con hábitos de alimentación alejados de los patrones de dieta saludable. En la población estudiada hay preocupantes problemas de peso (bajopeso y sobrepeso y obesidad), juzgados por el IMC y la circunferencia de cintura, y un porcentaje alto de personas con potencial riesgo de desarrollar alguna complicación derivada de ello. El grupo de menor edad tienen unos hábitos alimentarios más alejados de los recomendados lo que repercute en el aporte de energía y nutrientes, con ingestas deficitarias de algunos nutrientes que deberían ser confirmadas con estudios bioquímicos. Sería recomendable mejorar la calidad de las dietas consumidas y aumentar el consumo de micronutrientes (especialmente folato y hierro), fibra e hidratos de carbono y reducir la ingesta de proteínas y grasas de origen animal, con el paralelo incremento de la actividad física para evitar modificaciones en el peso y aprovechando el potencial que ésta tiene sobre la salud. En algunos casos concretos podría ser necesario el uso de suplementos dietéticos que ayudaría a corregir algunos dé...