Debate ontoepistémico entre Newton y Leibnizsolapamiento y tangencialidad

  1. Prieto Lindo, Antonio José
Dirigida por:
  1. Juan Antonio Valor Yébenes Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 05 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. Ana María Rioja Nieto Presidenta
  2. Susana Gómez López Secretaria
  3. María de Paz Amerigo Vocal
  4. Jesús de Garay Suárez-Llanos Vocal
  5. Armando Menéndez Viso Vocal
Departamento:
  1. Lógica y Filosofía Teórica

Tipo: Tesis

Resumen

Durante la época moderna la naturaleza fue mirada con otros ojos. Las concepciones físicas cambiaron de la mano de pensadores como Copérnico, Kepler, Descartes y Galileo. Todos ellos introdujeron, de una manera u otra, herramientas matemáticas que proporcionaban un nuevo acceso para la comprensión de los fenómenos físicos. El mundo, pues, ya no podía conocerse al margen de los esquemas matemáticos; los planteamientos de Platón, Aristóteles y Ptolomeo habían sido superados por aquellos autores. La filosofía natural se ha convertido en un ejercicio intelectual que consiste en la reducción físico-matemática del mundo. La culminación teórica de la reducción físico-matemática de la naturaleza fue llevada a cabo por sir Isaac Newtoncon la publicación en 1681 de los Principios matemáticos de la filosofía natural. Con esta obra, el físico inglés estableció los axiomas y fundamentos de la denominada «mecánica clásica». Los Principia explicaban el mundo en virtud de tres leyes, cuatro reglas y la postulación de un nuevo concepto, la «fuerza». Esta era, por tanto, la causante del movimiento, y, por ende, del cambio o invariabilidad de estado de los cuerpos. A partir de este momento se abrió un nuevo horizonte de posibilidad en las investigaciones físicas. La física newtoniana provocó una conmoción en las mentes del siglo XVII, sin embargo, no estaba exenta de críticas. Newton configuró un mundo dicotómico irreconciliable ontológicamente: el plano aparente (de facto) y el plano absoluto (de iure). Cada uno de ellos forma parte de un conjunto que es disjunto respecto al otro; esto es, no hay ninguna conexión objetiva entre las dos esferas físicas. Las estructuras matemáticas pertenecen al ámbito absoluto (formal) y las observaciones empíricas al aparente (sensible). Por consiguiente, la mecánica del físico inglés afirma una discontinuidad ontológica entre los dos planos del conocimiento. La mente inquieta y lúcida de Gottfried W. Leibniz no estaba conforme con la física de Newton, por lo que, concibió la naturaleza de un modo diferente: el mundo es un constructo lógico que conecta objetivamente los planos físico y metafísico. El filósofo alemán desarrolló una teoría física mediante principios lógicos, sin renunciar a las matemáticas y la experiencia. El pensamiento leibniziano consiste, pues, en ligar lógicamente el plano de lo concreto con el plano de lo ideal. Para ello, necesitaba un nexo que flanquee mediante su intersección ¿abierta¿ ambos ámbitos; este término es la fuerza monádica. Esta es un concepto que contiene intrínsecamente una doble proyección ontológica: física y metafísica, aparente y real, ideal y concreta. Por tanto, la fuerza monádica puede instaurarse como bisagra conductora de carácter biyectivo entre los dos planos. Expuestas las dos posturas físicas, queda manifiesta la distancia ontoepistémica entre ellas. Por ello, el estudio quiere mostrar mediante los conceptos operativos de «solapamiento» y «tangencialidad» las consecuencias, tanto ontológicas como epistémicas, en la filosofía natural de cada autor. Los postulados newtonianos abren una brecha insalvable entre los planos absoluto y aparente. La formalidad matemática no permite acceder a la objetividad de la observación, y el carácter aparente de la experiencia convierte a esta en una tacha de realidad. La verdad, pues, queda encapsulada de manera irremediablemente solitaria en el plano abstracto de la matemática, mientras la experiencia ocupa el ámbito de las sensaciones. Leibniz, en cambio, da un paso más colocando en un mismo nivel de objetividad el plano de lo ideal y lo concreto. La naturaleza es una construcción lógica que atraviesa biyectivamente ambos ámbitos gracias a la fuerza monádica. Esta es el puente intelectivo de las esferas ontológicas, dado que tiene un doble carácter «en sí» (real e ideal) que permite transitar de un plano a otro sin caer en incoherencias epistémicas.