En torno a la escultura de la "Diana Arcaizante"gusto y religiosidad en una casa pompeyana

  1. García Sánchez, Jorge
Libro:
Estudios arqueológicos del área Vesubiana I
  1. Calderón Sánchez, Macarena (ed. lit.)
  2. España Chamorro, Sergio (ed. lit.)
  3. Montoya González, Rubén (ed. lit.)

Editorial: British Archaeological Reports (BAR)

ISBN: 978-1-4073-1352-8

Año de publicación: 2015

Páginas: 131-140

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

Este artículo aborda diferentes aspectos relativos a la presencia de la escultura de una Diana arcaizante en la casa de la ínsula VII, 6, 3 de Pompeya, desde el marco doméstico en el que se situó, hasta el significado religioso implícito en el estilo artístico elegido para reproducir a la diosa. Las reformas arquitectónicas realizadas en dicha casa a finales del siglo I a. C., o comienzos del I d.C., dotaron de un gran protagonismo al antiguo peristilo, convertido entonces en un pequeño atrio o viridarium el cual acogió d templete que cobijaba la escultura de Diana (el sacrarium). Seguramente, este patio se completó con elementos vegetales que reproducían el bosque sagrado de la diosa, y el muro que cerraba el viridarium se completaba con decoración pictórica natura lista a fin de reforzar esta sensación, además de la perspectiva paisajística. Las residencias pompeyanas contenían objetos (candelabros. Lucernas, máscaras), obras de arte (estatuas. bustos, pinturas), arquitecturas (altares, lararios), alusivas a la religiosidad familiar, de manera que el patio se transformó en un lugar más destinado a la liturgia familiar; de hecho, en su sede principal, a juzgar por el altarcillo colocado frente a la estatua de culto. En él se realizarían las ceremonias rituales cotidianas dirigidas por el páter familias, tales como libaciones –más que sacrificios- de vino y aceite, o de alimentos, en agradecimiento a la protección sobre el grupo familiar, o a mercedes obtenidas. Diana rodia intervenir en muchas esferas de la vida, en calidad de diosa de la caza, de los fenómenos meteorológicos y astronómicos, de la agricultura, de la fertilidad (era la protectora de las mujeres en cinta), de guardiana de los caminos... La estatua de la Diana cazadora se conserva en el Museo Nacional de Nápoles y da su nombre a una entera tipología de mármoles, el tipo Pompeya", que se caracteriza por emplear una iconografía que remite a formas artísticas del rasado griego. Se ha intentado identificar con un modelo común que difiere según los autores, el de la Artemis Laphrida de Calidón, el de la Diana de Segesta expoliada por Verres, el de la imagen piadosa del templo de Diana en el monte Aventino o incluso con la que adornaría un monumento conmemorativo de las victorias de Augusto y de Agripa construido en el Palatino, en las cercanías del templo de Apolo. Cronológicamente, la producción de esta tipología se remonta a los años finales del siglo I a. C. es decir, al periodo en que la casa VII, 6. 3 se reformó. No podemos hablar del significado concreto que tendría para sus propietarios, además de su sugestiva estética, tal vez reavivase la devoción hacia la antigua Artemis griega, en un contexto geográfico de cultura helenística como lo era Campania.