Efectos del consumo de probióticos y yogures sobre el sistema inmunitario y la microbiota intestinal de adultos sanos
- Redondo Useros, Noemi
- Esther Nova Rebato Zuzendaria
- Ascensión Marcos Sánchez Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 2019(e)ko azaroa-(a)k 26
- Juan Miguel Rodríguez Gómez Presidentea
- Carmen Alvarez Escola Idazkaria
- Miguel Gueimonde Kidea
- Francisco José Pérez Cano Kidea
- Sonia González Solares Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
La población adulta sana incluye adultos aparentemente sanos sin enfermedades crónicas diagnosticadas, lo cual no implica que no puedan padecer alteraciones subclínicas que vayan asociadas a desórdenes metabólicos y afecten al mantenimiento de su salud a largo plazo. Ciertos factores de estilo de vida pueden conducir a un deterioro en la inmunidad y a una disbiosis intestinal, considerados posibles desencadenantes de dichas alteraciones. El consumo de leches fermentadas y yogures parece relacionarse con una mejora en estos sistemas, pero la gran redundancia y homeostasis del sistema inmunitario, junto con la falta de un consenso claro acerca de cómo debe ser la composición de una microbiota intestinal sana, hace complicado poder extraer conclusiones claras de los estudios. El objetivo global fue evaluar los efectos del consumo de probióticos y yogures sobre el sistema inmunitario y la microbiota intestinal de adultos sanos, estudiado en 3 proyectos. El estudio Pro L cory, con objetivo evaluar la capacidad coadyuvante de la cepa probiótica Lactobacillus coryniformis CECT5711 o Lc en un modelo de vacunación con Hepatitis A. El estudio Almicrobhol, con objetivo la evaluación de la relación entre el consumo de leches fermentadas con probióticos o LFP y yogures con los grupos bacterianos relacionados con las bacterias ingeridas. El estudio O-yogur centrado en la evaluación de los efectos del consumo de yogur de vaca, oveja entero y semidesnatado sobre la inflamación y la microbiota intestinal de adultos sanos con niveles ligeramente altos de colesterol plasmático. Los principales resultados fueron que el consumo de Lc dos semanas antes de la vacuna parece preparar de una forma más efectiva al sistema inmunitario que su consumo después de la vacunación, al aumentar los anticuerpos específicos en sangre en comparación con el grupo placebo. Por otro lado, el consumo de LFP de Bifidobacterium y Lactobacillus y de yogur no se relacionó con la composición global de la microbiota ni con la funcionalidad intestinal. Sin embargo, los niveles de Bifidobacterias fueron más altos en los consumidores de LFP en comparación con los no consumidores. En concreto, el consumo de LFP con Lactobacillus se relacionó con niveles más elevados de Actinobacteria, Bifidobacteriaceae y Bifidobacterium y B. longum y B. kashiwanohense, mientras que el consumo de LFP con Bifidobacterium se relacionó con la especie presente en el producto, B. animalis. Por otro lado, el consumo de más de 5 yogures a la semana se relacionó con niveles más elevados de St. thermophilus en comparación con los no consumidores. Los efectos sobre la microbiota intestinal y la inflamación derivados del consumo de yogur entero de vaca, oveja entero y semidesnatado no fueron diferentes en la población de estudio. Sin embargo, el yogur de oveja entero produjo una atenuación en la molécula de adhesión vascular 1 y P-selectina en sujetos con los niveles más elevados del cociente colesterol total HDL en comparación con el yogur de vaca y semidesnatado. Se observó el mismo efecto sólo en mujeres de este grupo en los niveles de la proteína quimiotáctica de monocitos 1, así como de Eubacterium rectale-Blautia coccoides en comparación con el yogur de oveja semidesnatado. Como conclusión, el consumo de probióticos y yogures en población adulta sana no se asocia con grandes cambios en la microbiota intestinal ni en parámetros inflamatorios. Sin embargo, bajo la provocación de respuestas específicas, es posible observar una modulación en ciertos parámetros, como el aumento de anticuerpos específicos tras el consumo diario durante 2 semanas de la cepa probiótica Lc o la atenuación en ciertos marcadores de inflamación tras el consumo de 2 yogures de oveja entero al día. Los resultados del estudio observacional sugieren que el consumo de LFP de Lactobacillus podría ser beneficioso para la salud inmunitaria e intestinal al relacionarse con niveles más elevados de Bifidobacterias.