Dioniso y dionisismo en Pompeya

  1. Calderón Sánchez, Macarena
Libro:
Estudios arqueológicos del área Vesubiana II
  1. Calderón Sánchez, Macarena (ed. lit.)
  2. España Chamorro, Sergio (ed. lit.)
  3. Benito Lázaro, Estefanía Alba (ed. lit.)

Editorial: British Archaeological Reports (BAR)

ISBN: 978-1-4073-1563-8

Año de publicación: 2016

Páginas: 219-230

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

En Pompeya se han encontrado vestigios de cultos de tres triadas: una de ellas se refiere a Hércules. Baco y Venus. La devoción por representar lo dionisíaco es visible a través de los jardines de las "domus" pompeyanas, el ambiente más representativo vinculado a Dionisio. Pues el naturalismo y la vegetación en elementos, entre otros, que relacionaban al pompeyano con el dios; en ocasiones, la correspondencia entre la estancia y la divinidad se conseguía mediante las máscaras y guirnaldas que decoraban columnas y estuco; e. incluso, con estatuillas de animales. El jardín representaba en la antigüedad un lugar de descanso, asilo y salvación; era una estancia dentro de "In domus" que favorecía la conexión entre la concepción religiosa y el naturalismo primitivo. Por ejemplo, la Casa de los "Vettii" (Vl.15.1) resume muy bien lo explicado anteriormente. Sin embargo, la pintura mural de los interiores de las casas es precisamente la mejor forma de transmitir el gusto dionisíaco: la unión de Dionisio y Ariadna, su historia y mito fueron ampliamente tratados en las paredes de las "domus" pompeyanas (ya se sabe, el abandono de la muchacha por parte de Teseo y el descubrimiento posterior de la joven por parte del dios). También abunda iconografía de la pareja con sus respectivos atributos. Por supuesto, destacan las representaciones de Dioniso como dios soberano y triunfal, como se puede apreciar en el famoso mosaico de Dionisio niño sobre fiera hallado en Ja Casa del Fauno (V l.12.2). Con su cortejo y sus fieles acompañantes es común encontrar frescos: por ejemplo, en las casas de "Lucrezio Frontone" (V.4a) y de Gavio Rufo (VU.2.16-17). Los lararios fueron también lugares adecuados para recrear el ambiente dionisíaco, puesto que Lar se introdujo en el cortejo del dios, como se observa en el de la "Caupona" de Lucio Vetutio Plácido (1.8.9) o en el de la Casa del Centenario (IX.8.3). Los "oscilla", dadas sus intenciones propiciatorias para festivales o épocas de siembra y recolección, fueron un medio escultórico por el que también se representó a Ja divinidad; al igual que los "pinakes" de mármol, que representaban máscaras teatrales y al propio Dionisio, sutiles indicadores de que el ámbito festi\'O inherente a la divinidad estaba presente en Ja vida cotidiana de los pompeyanos. Incluso en el templo de la diosa Isis (Vlll.7.28), el testimonio garante del cuyo oriental en Pompeya, también existió presencia dionisíaca, lo que no debe resultar extraño por otra parte, dada la identificación de Dionisio con el dios egipcio Serapis. Pero, sin lugar a dudas. las dos manifestaciones más claras de que se desarrolló el dionisismo en Pompeya son el templo de la divinidad, creado en tomo al siglo 111 a.C., extramuros de la ciudad, y los famosos frescos de la Villa de los Misterios, unas pinturas que parecen narrar sucesivamente la iniciación de una (o dos) mujeres en los misterios báquicos. Sin embargo, si en el año 168 a.C. fueron prohibidas las Bacanales en Roma y en la Campania y los frescos de los misterios han sido datados en tomo a 60-50 a. C. ¿Se aceptó totalmente el Senado Consulto de "Bacchanalibus"? ¿Quedó, por tanto, el culto de Dionisio zanjado y olvidado?