Capital psicologicorevisión sistemática de la literatura (2010-2020) y propiedades psicometricas de un instrumento de medicion para las organizaciones colombianas

  1. Delgado Abella, Leonor Emilia
Dirigida por:
  1. Miguel Angel Mañas Rodríguez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Almería

Fecha de defensa: 21 de abril de 2021

Tribunal:
  1. Francisco Gil Rodríguez Presidente
  2. José Manuel Aguilar Parra Secretario/a
  3. Joan Boada Grau Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 656173 DIALNET lock_openriUAL editor

Resumen

En una época especialmente difícil como la actual, caracterizada por grandes problemas sociales, políticos y económicos a nivel mundial, y agudizados por la pandemia de la Covid-19, las palabras de Barbara Frederickson (2013, p.2) indiscutiblemente aplican. Esta autora afirma que “para que la psicología sea tomada en serio como ciencia, parece que no solamente se requiere rigurosidad y objetividad, sino también ser rigurosos y objetivos para enfrentar problemas graves, como la enfermedad mental, la violencia, o el ostracismo social”. La psicología positiva y particularmente el estudio del capital psicológico puede proveer respuestas y estrategias de afrontamiento positivo para los seres humanos que nos ha correspondido vivir esta coyuntura histórica. Esta tesis doctoral tuvo como propósito contribuir a la investigación sobre el capital psicológico en Colombia, mediante el estudio a profundidad del papel del constructo en la relación con otras variables, sus formas de medición y la búsqueda de medidas óptimas para la región, bajo una óptica transcultural. Quizá el hallazgo más importante de esta revisión sistemática es la confirmación empírica del modus operandi del capital psicológico: actúa como potencializador de resultados individuales, grupales y organizacionales positivos y como inhibidor de aquellos negativos. Esta forma de actuación del constructo se produce en los cuatro papeles estudiados: antecedente, consecuente, mediador y moderador. No obstante, sorprende la ausencia de investigaciones sobre capital psicológico en América Latina. Es esta dirección, las variables con las que interactúa el constructo se alojan en los tres niveles del comportamiento organizacional, de manera muy variada y significativa. Este hallazgo constituye una importante evidencia empírica de la enorme potencialidad del capital psicológico como “multiplicador de recursos psicológicos” y “variable puente” para el logro de una amplia gama de objetivos en las organizaciones y en las personas. El capital psicológico puede actuar como facilitador de la mitigación de los efectos negativos y propagador de los efectos positivos de las variables del comportamiento organizacional en sus tres niveles. En consecuencia, podría pensarse que es un constructo con un potencial importante de apalancamiento para impulsar cambios en la dirección deseada para el desarrollo, bienestar y desempeño de las personas en las organizaciones. En este sentido, hay suficiente evidencia para afirmar que, al entrenar en capital psicológico a los colaboradores, especialmente a los líderes, se tendría la potencialidad de incidir sobre gran número de variables del comportamiento organizacional. Un aspecto que amerita ser investigado en nuestra región es la real probabilidad de generalización del conocimiento generado en latitudes tan ajenas al contexto histórico y sociocultural colombiano. Esto debido a que las dinámicas sociales y humanas que son propias de cada pueblo inciden en su percepción e interpretación de las experiencias. Es decir, la vivencia de aspectos como la esperanza, la resiliencia, el optimismo y la autoeficacia posiblemente estén permeados por aspectos distintos dependiendo de circunstancias globales y locales. Por tanto, es urgente fortalecer la investigación transcultural al respecto en Colombia y Latinoamérica. Esto en consideración al enorme déficit de investigación propia sobre estos temas vitales para el talento humano de nuestras organizaciones. Esta situación conduce a generalizar en nuestro territorio los hallazgos de estudios foráneos sin tener en cuenta aspectos de la cultura que al parecer funcionan de forma diferente. Con respecto a la evaluación de la esperanza, el optimismo, la resiliencia y la autoeficacia, se encontró que la medición en cada uno de estos constructos tiene una historia bastante fructífera en diferentes poblaciones, regiones y campos de la psicología. La mayor parte de los desarrollos psicométricos al respecto está dentro de los terrenos de la psicología clínica y se han orientado a las personas a lo largo de todo su ciclo vital. Es importante anotar que la presencia de instrumentos de evaluación de estas cuatro variables en el campo de la psicología organizacional es nula. La evaluación del capital psicológico como tal tiene una historia bastante diferente, dado que el constructo nació en el seno del comportamiento organizacional positivo (Luthans et al., (2007, 2007b). A diferencia de la evaluación de las cuatro variables constitutivas del constructo, los instrumentos de medición del capital psicológico orientado a poblaciones diferentes a la trabajadora son bastante escasos, solo han surgido algunas en el sector educativo (Afzal, et al., 2018; King & Caleon, 2020; Lee et al., 2016; Martínez, et al., 2019; Schönfeld & Mesurado, 2020; Mazzetti, et al., 2018). En el contexto organizacional, el instrumento más utilizado a nivel mundial es el PCQ-24 (Luthans, et al., 2007a, 2007b; Luthans, Avolio et al., 2007) y su versión breve, el PCQ-12 (Avey, Avolio & Luthans, 2011). Estas dos herramientas han sido adaptadas a varios países (tablas 15 y 16) y su uso está bastante generalizado. Con una mirada transcultural y de acuerdo con lo expresado por Omar et al., (2014) acerca de “disponer de medidas que reflejen la idiosincrasia del lugar donde se las aplique” (p. 316), se han creado algunas medidas alternas al PCQ alrededor del mundo (Afzal, et al., 2018; Delgado-Abella et al., 2013, 2018; Lorenz, et al., 2016; Mazzetti, et al., 2018; Meseguer-De Pedro, et al., 2017; Omar, et al., 2014). En concordancia con Luthans et al. (2007b), bajo la convicción de que la medición siempre ha estado en el corazón de la investigación científica y sus aplicaciones, esta tesis analizó las propiedades psicométricas del Instrumento para evaluar capital psicológico en las organizaciones IPSICAP-24 (Delgado-Abella & Mañas-Rodríguez, 2019). Los resultados indican que el IPSICAP-24 es un instrumento con niveles de confiabilidad adecuados, y posee suficiente evidencia de validez convergente y discriminante. No obstante, las evidencias de validez basada en la estructura de la prueba requieren más investigación para fortalecerla. Un estudio previo reportó que el IPSICAP mostró evidencia de validez basada en el contenido de la prueba (Delgado-Abella et al., 2018). Una costumbre generalizada en nuestras latitudes consiste en utilizar instrumentos de medición de variables psicológicas elaborados en Europa y Estados Unidos. Es más, la “mejor práctica” que a veces se recomienda para países del mal llamado tercer mundo es, en el mejor de los casos, adaptar estas herramientas de evaluación. En otras ocasiones se usan, para fines investigativos o en el contexto organizacional, simples traducciones sin más gestión psicométrica que el reporte de algún coeficiente de confiabilidad tomado de la misma muestra. Muchas veces se desalientan las iniciativas de desarrollar pruebas originales. Es hora de emanciparnos intelectualmente, al menos en lo que se refiere al desarrollo de instrumentos de evaluación de variables psicológicas. Es necesario fortalecer el diálogo entre culturas, ya que, muchas veces la comunicación en las comunidades científicas globales tiende a ser unilateral. La costumbre es asumir que viene de Europa y Norteamérica es automáticamente bueno, casi no se cuestiona y no se incentiva el desarrollo de herramientas que interpreten adecuadamente la cultura. Ahora bien, un elemento que debe reconocerse como determinante en el tema que nos ocupa es la validez de las medidas a partir de las cuales se ha construido el conocimiento aquí expuesto. En otras palabras, dependiendo de cada región del mundo, de cada continente, país y tipo de población, ¿realmente se ha medido lo que se pretendió medir? Esta pregunta surge luego de observar que en varios de los estudios aquí reportados se utilizó como instrumento de medida del capital psicológico la traducción de una herramienta que es adecuada para su país de origen, pero nada garantiza que sin una adaptación cultural psicométricamente robusta produzca resultados válidos en todas las latitudes del planeta. Aunque casi todos estos estudios reportan adecuados coeficientes de confiabilidad de las mencionadas traducciones, es claro que tales indicadores no son suficientes para asegurar mediciones idóneas del constructo. En este punto es vital recordar que la medición es un elemento fundamental de la investigación científica y sus aplicaciones. Contar con instrumentos de evaluación válidos y confiables para medir constructos propios del del ámbito laboral es lo que realmente hace que el campo del comportamiento organizacional positivo sea considerado científico y le sea posible alcanzar niveles adecuados de explicación, predicción y control (Luthans et al., 2007). Específicamente en el actual momento histórico caracterizado por la incertidumbre e inestabilidad causada por la pandemia de la Covid-19 y tantos otros males que aquejan a nuestra sociedad enferma, la investigación y aplicación de conocimiento derivado del capital psicológico podrían contribuir positivamente a la recuperación de la salud mental de las personas y a la reactivación de la economía mediante el desarrollo de programas al interior de las organizaciones.