Aisladores de telecomunicacionesun universo fascinante

  1. Gilles Multigner Cirodde
Revista:
Llull: Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas

ISSN: 0210-8615

Año de publicación: 2018

Volumen: 41

Número: 85

Páginas: 139-162

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Llull: Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas

Resumen

Las telecomunicaciones ocupan hoy un espacio propio dentro de la historia de la comunicación. Desde la aparición de la telegrafía eléctrica hasta nuestros días han promovido el desarrollo de una creciente industria y un mercado en auge. A tenor de las estimaciones más recientes, la aportación de las TIC al PIB español se situaría, según las fuentes, entre el 4% y el 5%. El vertiginoso avance de la tecnología, no obstante, ha supuesto la obsolescencia, cuando no la desaparición, de recursos otrora imprescindibles. Tal es el caso, el que nos concierne, de los denominados aisladores, tanto telegráficos como telefónicos, cuya producción se circunscribe ahora al transporte de energía eléctrica. Aquellos indispensables auxiliares de postes y cables, sus diseñadores y fabricantes, están llamados a quedar relegados al ámbito del coleccionismo dentro de la mayor indiferencia. Escaso ha sido el interés que unos y otros han merecido por parte de tratadistas e historiadores y no mayor la atención que ha suscitado su memoria en el reducido número de empresas dedicadas a esta actividad o sus herederas. El presente trabajo responde al deseo de proporcionar una aportación diacrónica, fruto de una investigación documental y de campo, sobre esta cuestión que desempeñó un papel esencial en las comunicaciones alámbricas.

Información de financiación

En este apartado hay que situar también al ya mencionado Justo Ureña por el aislador del que, en un artículo “Sobre una nueva forma de aislador” publicado en la Revista de Telégrafos [15 de octubre de 1870: 253-255], dice su autor que “no es nuevo, ni es original” y para el que “tuvo a la vista principalmente un aislador prusiano y otro italiano”. F. Pérez Blanca [1881, t. 2, p. 28] refiere que a comienzos de la década de los ochenta se seguía utilizando “en España y en Cuba”.

Financiadores