La novelización en las "Memorias de un hombre de acción" de Pío Baroja

  1. Santiago Miras, María Ángeles
Dirigida por:
  1. María Pilar Tejedor Couceiro Director/a
  2. Isabel Colón Calderón Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 27 de septiembre de 2018

Tribunal:
  1. J. Ignacio Díez Fernández Presidente
  2. María del Mar Mañas Martínez Secretaria
  3. Emilio Blanco Vocal
  4. Antonio García Velasco Vocal
  5. Rosa Navarro Durán Vocal
Departamento:
  1. Literaturas Hispánicas y Bibliografía

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis se titula La novelización en las "Memorias de un hombre de acción", de Pío Baroja. Se trata de una investigación interdisciplinar histórico-literaria, que recorre parte del siglo XIX (desde la Guerra de la Independencia hasta el final de la primera Guerra Carlista), centrada en dos puntos esenciales: demostrar que Pedro Leguía Gaztelumendi, germen de estas novelas, no existió, y que Pío Baroja tuvo en sus manos los diarios de Eugenio de Aviraneta e Ibargoyen Echegaray y Alzate, tío en segundo grado, por línea materna, del escritor, y verdadero protagonista de las obras, así como otros documentos históricos, base para la redacción de las Memorias de un hombre de acción. El primer punto, la no existencia de Pedro Leguía Gaztelumendi, a quien Baroja presenta como protagonista de algunas novelas, argumentando que han llegado a sus manos las memorias de un supuesto ex Ministro que acaba de morir, queda claro desde el principio, ya que Baroja lo hace pasar por Ministro de Isabel II y por embajador en Londres de S. M. Esa inexistencia se certifica en el documento XIII, inserto en el volumen II del presente trabajo, un listado de ministros de la época de Isabel II, donde este personaje no aparece, por lo que Leguía sólo es una justificación de don Pío para escribir estas novelas, basándose en el tópico del ¿manuscrito encontrado¿, cuando lo que ha hecho ha sido una labor de recabar datos históricos y hacerse con todo opúsculo que tuviese que ver tanto con el personaje Aviraneta como con la época. En la descripción que hace Baroja del estado de los "Cuadernos de Leguía", y vistos los "Papeles de Pirala", no cabe duda de que don Pío se está refiriendo a los manuscritos de Aviraneta que le enseñó Ángel Pirala, el hijo del historiador de las Guerras Carlistas, Antonio Pirala. Este trabajo se centra, pues, en la Historia de España del siglo XIX, con sus continuas luchas por el poder, incidiendo en la Primera Guerra Carlista, conflicto por el que se da a conocer Eugenio de Aviraneta, artífice del final de la Primera de éstas, gracias a la inserción de unos documentos falsos por él redactados, y conocidos con el nombre de ¿El Simancas¿, con los que hacer creer a la Corte y al Pretendiente a la corona, infante de España, Carlos Mª Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII y tío de Isabel II, que su general en jefe, Rafael de Maroto, le está traicionando. Con estos falsos documentos, comienza la descomposición del carlismo y se llega al abrazo de Vergara, que dio fin a la Primera Guerra. De uno de esos documentos, un falso cuadro sinóptico de los cargos del ejército carlista para derrocar al Rey, toma Baroja un fragmento para la novela, Las figuras de cera, e inserta la nota Num. 21, conocida como "Traduccion de la nota primera dirigida a don Cárlos sobre el Simancas", que se encuentra en la ¿Memoria dirigida por D. Eugenio de Aviraneta al Presidente del Consejo de Ministros¿ y que extraje de las Memorias del reinado de Isabel II, del Marqués de Miraflores En otras ocasiones, toma Baroja fragmentos completos, como sucede con Las guerrillas españolas o las partidas de Brigantes en la Guerra de la Independencia, un opúsculo de Aviraneta de 1870, donde queda plasmado algún fragmento en El escuadrón del Brigante. En el periódico El Eco del Comercio, donde escribe a veces Aviraneta, queda constancia de que éste, junto con Tomás Beltrán y Soler, fueron conducidos a Canarias en el navío Rodney, que les sirvió de prisión. De esta noticia puede que Baroja sacase el material para narrar el momento en el que Aviraneta está en Barcelona, cuando tras el sitio del general Mina al fuerte de Nuestra Señora del Hort, se produce el levantamiento los días 3 y 4 de enero de 1836, para apoderarse de los carlistas detenidos en la Ciudadela. Este hecho queda recogido en El Eco del Comercio, el 13 de enero de 1836, indicando que Aviraneta es conducido a un barco inglés, hecho que queda de manifiesto en Las furias.