Mijaíl s. Gorbachovla persona, el político y el discurso desde el análisis transaccional y la teoría del guion de vida

  1. Herranz Fernández, Francisco
Dirigida por:
  1. Graciela Padilla Castillo Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 21 de junio de 2018

Tribunal:
  1. Eva Aladro Vico Presidenta
  2. David Caldevilla Domínguez Secretario
  3. Pablo Navazo Ostúa Vocal
  4. Belén Puebla Martínez Vocal
  5. Antonio Rubio Campaña Vocal
Departamento:
  1. Periodismo y Nuevos Medios

Tipo: Tesis

Resumen

Quién fue Mijaíl Gorbachov en realidad? ¿Cuál fue su origen? ¿Qué raíces hay detrás de su decisión de pasar a la historia? Esas preguntas son las cuestiones que trata de responder esta tesis doctoral, desde un enfoque metodológico innovador y multidisciplinario; centrado en la persona, el político y su discurso, de acuerdo a tres grandes líneas analíticas: la Teoría del Análisis Transaccional y la Teoría del Guion de Vida, ambas de Eric Berne; y la Teoría del Discurso, de Aristóteles. Aplicando la Filosofía y la Psicología a la Lingüística, las Ciencias Políticas y la Comunicación, se ha realizado una investigación longitudinal, utilizando fuentes primarias escritas en ruso, inglés y español. Influido principalmente por las figuras de su padre y de su abuelo materno, Gorbachov se construyó a sí mismo una personalidad sobre la base de tres mandatos paternales y dos guiones complementarios y no excluyentes entre sí, dos guiones de vida que perfilaron su comportamiento personal y sus decisiones políticas. Como orador, sus habilidades comunicativas no fueron excelentes, pues se movía en la tribuna con cierto hieratismo. Era mucho mejor en el trato interpersonal que en la realización técnica de un discurso, aunque siempre sabía lo que la audiencia quería oír. Sus discursos estuvieron llenos de reformismo y humanismo. Como persona, fue narcisista, astuto, manipulador y jactancioso, pero también trabajador, intuitivo, organizado y culto. Como político, Gorbachov luchó contra su propio pasado tanto como lo hizo contra el afianzado legado burocrático, ideológico y social del estalinismo. La misma ambición y ego que le ayudaron a dar impulso a sus audaces pasos en la creación de la Perestroika y en los asuntos internacionales contribuyeron a su soberbia, sus rivalidades personales y su vacilación perjudicial en temas de política interna. En los momentos cruciales ¿desde la revolución desatada por la Glásnost o las elecciones libres hasta las revoluciones en Europa Oriental y finalmente en las repúblicas soviéticas¿ y pese a la enorme presión circundante, siempre eligió el camino de la libertad y no el de la represión.